Firgas está alborotada: su alcalde se ha evaporado como el gas del agua a la que le da nombre la villa y lleva ya una semana ilocalizable. Hasta la oposición ha empezado a notar su falta y los funcionarios preguntan dónde está Manolín - cariñoso diminutivo con el que se conoce en confianza a Manuel Báez - que no aparece por el ayuntamiento ni para dar los buenos días. El último que lo vio en vivo y en directo fue el primer teniente de alcalde y de eso hace hoy una semana. Así que, ante la falta de noticias sobre el paradero del regidor, no le ha quedado otra que asumir accidentalmente la alcaldía, y nunca mejor empleado lo de "accidentalmente". Desde entonces, lo único que se ha sabido de Manolín es que se le vio hace un par de semanas haciendo un examen de oposiciones a funcionario en el que, presuntamente, debía haber estado su hijo. La noticia de que Manolín pudo haber suplantado la identidad de su hijo en esa prueba ha caído como una bomba en esta villa grancanaria, generalmente tranquila, más bien fresca y famosa por sus berros, sus papas y su aguas. A cada hora que pasa sin noticias de Manolín se consolida la idea de que lo que se ha publicado sobre su examen por amor paternal es cierto en lo básico y sustancial del caso.
"Los firguenses se pellizcan para convencerse de que lo que ocurre con su alcalde no es una inocentada"
Manolín es el único alcalde de CC en Gran Canaria, un alcalde con una trayectoria política más bien errática aunque con un objetivo siempre muy claro: no soltar el bastón de mando ni a la hora de dormir. En circunstancias tales y habida cuenta la orfandad política de su partido en Gran Canaria, no cuesta mucho imaginar que en la formación nacionalista estén a esta hora dándole vueltas a ver cómo salen de esta prueba en la que van a necesitar sacar sobresaliente. Hasta el momento han actuado como manda el manual de instrucciones para estos casos, aunque arrastrando los pies algo más de lo deseable: investigación para determinar lo que hay de cierto en las informaciones periodísticas y expulsión fulminante si se confirma lo que, si la Justicia se pone estricta, podría incluso acabar con los huesos de Manolín en prisión por suplantación de identidad. Por no hablar del hijo suplantado, a todas luces presunto colaborador necesario de la trapisonda tal vez urdida al calor del cariño paterno - filial. Lo cierto es que Manolín ni se deja ver para explicarse y a continuación dimitir ni acude al juzgado más cercano a denunciar a quienes le acusan de haber hecho lo que cada vez parece más evidente que ha hecho, como corroboran testigos presenciales de su paso algo tardío ya por las aulas. Y por si todo lo anterior no fuera bastante para tener a los firguenses pellizcándose para creerse que lo de su alcalde no es una inocentada, el reloj de la iglesia de San Roque se ha clavado en las 14.30 y es una incógnita si Canarias podrá recibir el Año Nuevo desde la villa de la que Manolín es en estos momentos el alcalde más buscado del hemisferio norte. Lo que está claro es que, pase lo que pase el fin de año, Manolín ya ha dado la campanada y ahora sólo falta saber si se comerá las uvas.
P.D. Poco después de publicar este post me llega la noticia de que Manuel Báez ha presentado su dimisión como alcalde de Firgas, lo que equivale al reconocimiento de la certeza de las informaciones sobre la suplantación de su hijo en el examen. Caso cerrado en el plano político pero que ahora deberá sustanciarse en el judicial.