20
2014 Coaching personal // Miguel Benavent de B. // Opinión
“BUSCANDO A SUGARMAN”, EL ÉXITO INTERIOR
Ayer fui a ver una película interesante, a una calle del barrio de Gràcia, durante sus fiestas. Es una película conmovedora, quizás porque a la gente nos gusta sentirnos identificados y los finales felices. Es la búsqueda de un artista, súbitamente desaparecido, que fracasó en su país (Detroit, USA) y triunfó luego en Sudáfrica, convirtiéndose en un cantautor símbolo del movimiento anti “apartheid”, vendiendo miles de copias de sus discos, que tan siquiera cobró. Luego y a pesar de ello, prefirió el anonimato de una vida plena pero ordinaria, en su pueblo natal. Después de años de búsqueda, fue encontrado. Es la historia de álguien singular que optó por su libertad personal, despreciando el éxito y la fama…
Y es que el ser humano -por más que algunos nos obstinemos en lo contrario y busquemos la trascendencia- es primario y paradójico, pues busca incansablemente en su vida el amor, el poder y el reconocimiento público. Seguramente tiene algo que ver su autoestima! Y si hay algo cierto es que todo esto no se encuentra fuera, sino está primero en el interior de la persona. Seguramente el amor, el poder y el reconocimiento son valores que no se corresponden dentro y fuera. Fuera, en el mundo, el poder es dinero o simplemente poder y autoridad; el amor es algo que nos trae y procura alguien de fuera y el reconocimiento público es el beneplácito y la valoración de los demás, además de cuantos más, mejor.
En cambio, desde dentro, el amor es algo que empieza por uno mismo y se comparte mutuamente con el otro, el poder es la firmeza para ser, pensar y sentir como uno es y desde el corazón y, por último, el reconocimiento ajeno es algo reservado a los muchos o pocos que tengan capacidad de valorarnos a nosotros como personas íntegras, sin juzgarnos ni sentirse amenazados por nuestra insolencia de ser tal como somos…
Quizás deberíamos admitir que el primer paso para ser reconocido es, obviamente, re-conocerse uno mismo como lo que es en realidad, lo que no es siempre fácil ni cómodo. Eso es la re-conexión, es decir, lograr deshacerse de todo lo sutilmente inculcado o impuesto por los demás y por la sociedad, para enfocarse en lo que uno es, piensa y siente en el interior. Cuando descubres lo que eres en realidad, sin duda eso te da poder y, a la vez, amor y reconocimiento propio, tanto de tus fortalezas como debilidades.
Luego, si llega o no a ser reconocido externamente es lo de menos, aunque a nadie le amarga un dulce, sobre todo si eso te permite impactar en el mundo y hacerlo algo mejor, difundiendo tus valores profundos…que es el único sentido que considero para el prestigio y el reconocimiento, en un mundo que prefiere crear y ensalzar modelos que demasiadas corroboran su imperfección o, simplemente, su doble moral!