En esta tarde gris estoy elaborando una de mis playlist o lista de reproducción en castellano, que me sumerge en un estado de nostalgia, de recuerdos que tratan de arroparme para quitarme el frio y la humedad de este tedioso otoño, en el que como decía Neruda “hasta de mi alma caen hojas”.
Quiero desconectar del exterior, de los bombardeos publicitarios, de la hipocresía de la sociedad, de lo absurdo de las modas, de la desvergüenza de algunos políticos. La sociedad nos impone unas pautas, que debemos seguir en nuestra forma de hablar, de actuar, de vestir e incluso, en algo que me niego rotundamente, en nuestros gustos, incluidos los musicales. Quieren hacer de nosotros unos autómatas, nos quieren influenciar en nuestras opiniones con tertulianos agresivos de un bando u otro, que nos quieren llevar a enfrentamientos absurdos territoriales o ideológicos propios de tiempos convulsos del medievo.
Cada día queda menos tiempos para las artes, estamos perdiendo toda sensibilidad que es sustituida por un mundo cada vez más pragmático y a la vez simple.
El viento de otoño silba suavemente en mi ventana mientras la música, que suena, me devuelve al sosiego y la placidez de mi, alma haciendo que se disipen mis oscuros pensamientos. Creo que, de vez en cuando, es muy necesario desconectar de esta ruleta que no para de girar y buscar la belleza subjetiva fuera de los dictados e imposiciones, aún cuando parezcamos bichos raros por alejarnos de estas normas impuestas. Busca la canción que te guste, aún cuando no este de moda, esa que te llega, que despierta tus emociones, Prescinde durante unos minutos de ese espectáculo a veces bochornoso, en el que se ha convertido la televisión y lee un buen libro acompañado de tu música.
Aún cuando la tarde sigue cargada de nubes y la noche va ganando terreno. Una luz se ilumina a mi alrededor por unos momentos parece que la nostalgia se aleja de mi, el otoño se convierte en una primavera anticipada una suave melodía con una extraordinaria voz suena en mi lista de reproducción, es Keb’ Mo’ con la canción city boy, en la que habla de un chico que quiere huir fuera de la ciudad, buscando un hogar donde su alma pueda correr libre, una gran tema este extraordinario cantante californiano.
Quizás en estos tiempos difíciles la música sea nuestra mejor aliada, una expresión artística de libre interpretación. Aunque los mercados quieran imponernos la música que debemos escuchar, hoy tenemos a nuestro alcance toda la historia de la música para nuestra libre elección, desde los clásicos hasta los músicos más actuales, porque lo antiguo en la música no es sinónimo de arcaico, desfasado o rancio sino todo lo contrario. Quiero incluir en esta lista una canción publicada como sencillo hace casi 50 años en julio de 1969 de uno de los artistas consagrados del género soul. Sam Cooke con un tema que va muy bien a esta entrada “Good time” podrían ser la una, podrían ser las tres la hora no significa mucho para mi, así que vamos cariño dejemos que los buenos tiempos sigan rodando.
Bonito mensaje de esperanza, para una gran canción, que sería todo un éxito
La noche trae la oscuridad que desafían las tenues farolas que iluminan mi calle, la soledad y el silencio se van apoderando de la ciudad en las largas noches otoñales. Mi estado nostálgico ha cambiado con la elaboración de esta playlist que me está regalando sonidos y silencios magistralmente entremezclados en forma de canciones, alejándome por unos momentos de la realidad y de los convencionalismos de esta previsible y a veces hipócrita sociedad para sumergirme en un mundo más sutil y sensible donde imperan los sentimientos, donde existen los sueños, donde puedo dejar volar mi imaginación a lugares o recuerdos que me pertenecen, Momentos mágicos que la música nos pueden ofrecer. Precisamente incorporo a mi lista, como no podía ser menos, a Van Morrison con la canción Magic Time “Tiene que volver un tiempo para ese momento mágico”
Por hoy dejo, aunque inconclusa esta lista de reproducción que utilizaré para bajarme durante unos instantes de este mundo y sumergirme en la paz y el sosiego que me pueden ofrecer mis canciones favoritas. Tan sólo os recomiendo que hagáis este ejercicio de vez en cuando y abandonéis por unos instantes la realidad que nos aplasta diariamente y busqueis la belleza en la música. Por último incorporo a esta lista al cantante Patrick Park con la canción Live is a song la misma comienza así; dicen que la vida es un sueño…