Estoy rellenando el formulario de admisión al nuevo cole y no soy capaz. Me distraigo una y otra vez con esta reflexión que quiero dejar aquí, antes de que se me olvide o el tiempo que pensaba dedicar a la solicitud se me acabe y tenga que ponerme a otra cosa.
Buscar un sitio para parir dignamente puede ser un camino largo y tortuoso que finalmente termina en la elección de "EL LUGAR". Parecía que ya estaba... y es solo el principio. De repente te ves en medio de mil decisiones más en torno a la crianza. Desde la mejor cremita (o mejor sin cremita??) hasta si hemos de dejarle llorar o no, o cuándo. O no mucho ni tanto. Cuando prácticamente lo tenemos "todo hecho" llega el momento COLE. Y si elegir dónde parir es tremendo, no os quiero contar lo que se viene con la elección de un lugar para dejar a nuestro amor.
Tener vástagos de tres generaciones diferentes te da la posibilidad de investigar 20 años seguidos (y 20 que me quedan...) las opciones existentes en cuanto a educación se refiere.
Me conozco los atajos, las formas, los centros que existían, los que existen, los profes, los métodos... los que usaban en un cole y los que han adaptado 15 años después.
Pero además, el conocer mucha gente y poder pedir información de primera mano es también un plus, y por eso, creo que soy una base de datos andante bastante fiable. Preguntadme!
Lo dicho. En estos años he visto de todo. Abrir y cerrar centros con más o menos ilusión. Mamás de día que luego apostaron por crear una escuelita y lo lograron. Otras que no duraron ni un año. Coles tradicionales que no lo eran tanto. Coles modernos que solo lo eran de nombre. Me conozco el mundo cole casi tanto como el de hospitales.
Pero de repente hay una novedad. El intenso trabajo de marketing detrás de muchos nuevos coles. Especialmente aquellos que se quieren decir alternativos, respetuosos y fantásticos. Este año he recibido muuuuchas newsletters, folletos, cartas personalizadas y llamadas para que desde mis plataformas se les dé publicidad... A mal palo se han arrimado: quienes me conocéis sabéis que no publicitaría nada que no eligiese para mis propios hijos o para mi propia vida.
Dicho y hecho, y ya que este año nos toca de nuevo cambiar de centro (hacia la secundaria de la mediana, Oh My GOD!), me he tragado varias jornadas de puertas abiertas e iniciado una investigación para actualizar mis datos sobre coles que ya conocía.
Me he leído idearios, propuestas educativas, proyectos... y luego he ido a comprobar si entre líneas podía verse algo más. Preguntando a alumnos. Entrando a foros. Averiguando lo que otras madres/padres tenían como experiencia. Voy de incógnito.
Hasta hace unos años era difícil encontrar un cole chulo. Hoy en día, especialmente para primaria, existen varias opciones. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Todos se llenan la
Pero todo esto que cuento no era nuevo. La novedad ha sido otra. En las jornadas de "puertas abiertas" de algunos de estos coles maravillosos y respetuosos NO ESTÁ PERMITIDA LA VISITA DE NIÑOS. Las advertencias se pueden ver en algunas Webs así, con negritas y mayúsculas. ¿Perdone? Perpleja me hallo. Un lugar que quiere niños, no los quiere en su espacio según el día.
puertas semi abiertas
Para mí esto es una absoluta incongruencia con el tipo de educación que se propone. El niño es el primer cliente (Sí, he dicho cliente... porque no nos vamos a engañar, la educación es un negocio por muy inspirador que sea el lugar). Es el cliente al que hay que conquistar. El que debería poder probar los juguetes, los espacios e incluso la paciencia de quien le va a cuidar. Cómo quieren venderme -como madre- un proyecto educativo en el que no aceptan que lleve a mis hijos? Y no me cuenten milongas que yo también sé lo que es tener padres y madres despreocupados, niños ilimitados y desastres y emergencias de fregona cuando abro las puertas de mi casa. Lo asumo porque sé a qué me dedico.
Sr. dueño de cole: Si de verdad crees en lo que haces, montas una actividad paralela. Pones dos cuidadoras o las que haga falta. Les cuentas a los adultos de la familia que si vienen niños, al menos un adulto debe hacerse cargo del bebé/criatura que se traiga para la seguridad de todos. Haces diez jornadas en lugar de una si no tienes suficiente lugar. Pones azafatas y letreros... etc etc. Te puedo dar mil ideas si no se te ocurren.
A los demás, padres y madres... Mi sugerencia de vieja loba es que no os dejéis engatusar. Mirad los detalles. Cómo hablan profes y autoridades. Haced preguntas clave: cosas que no esperen. Mirad el patio y cómo juegan los niños. Preguntad cómo se resuelven los conflictos. Tened en cuenta que ni las infraestructuras, ni los recursos técnicos, ni los materiales hacen un colegio. Son las profesoras (uso las, porque son ellas, mayoritariamente) las que hacen la diferencia. A veces no hace falta mucho para darlo todo.
Estos coles en los que te venden la moto, en los que suenan tantas palabras bonitas (que tú quieres escuchar) que no ponen pegas -al parecer- para lo que tu sueñas y quieres para tu peque. Con chino y un Ipad para cada niño, con materiales de madera y otras preciosidades; con métodos novedosos y laboratorios relucientes... y luego nanai, me recuerdan mucho a los hospitales "respetuosos con el parto" que te enseñan una bañera que jamás fue usada, te dicen que solo puedes rellenar "SU" plan de parto y te hablan de ayuditas educadas. Y perdonad, pero no. Prefiero escuelasaurias a las que vea venir.
Termino este post con dos anécdotas. La primera de hace unos 8 años (las que estaban lo recordarán). Una muy famosa madre de día vino a Entre mamás a contarnos su método y bla bla. Desde luego todas las madres asistentes venían con sus bebés. Al terminar la charla se me acercó y me dijo que todo había estado muy bien y que le gustaría repetir otro día. Pero que por favor dijese a las madres que no trajesen niños. Le dije que se había equivocado de sitio y de profesión. Que si no era capaz de concentrarse y hablar con los niños en el regazo de sus madres, a lo mejor debería dedicarse a otra cosa. Nunca más la he vuelto a ver.
Segunda, de este momento vital. Que después de ver tantos sitios y marearnos con las exposiciones, me ha sorprendido encontrar en un cole normalito una acogida excepcional. El viejo cole de la hija mayor, en el que solo estuvo los dos años de bachillerato y del que ella siempre me habló con amor. No lo tenía tan cercano porque a esas edades ya no tienes a los hijos bajo tu ala y además ella siempre fue a "coles tradicionales"... pero mi marido insistió y le dimos una oportunidad. Fuimos a re-conocerlo. Nos encontramos una apertura en su discurso que no esperaba y que a la interesada - mi hija mediana- es el que más le ha cuadrado con lo que ella desea. Ha elegido.
Sabemos que nada es perfecto. Su cole querido, que dejará en breve, tampoco lo es. Pero cuánta felicidad hemos encontrado en su pequeño patio. Y con esa esperanza, con esa ilusión, estoy ahora a punto de rellenar el formulario...
Aquí voy. "Datos del alumno...."