“Esto ya lo he vivido antes”. Uno se queda atónito cada vez que le sucede esto. Nos asustamos al reconocer una imagen como familiar sin saber recordar nada más. Si has perdido la conciencia alguna vez sabrás de lo que estoy hablando. La máquina falla y esto nos preocupa.
El fenómeno del déjà vu, planteado por primera vez por el investigador psíquico Émile Boirac en el siglo XIX, es apasionante. Es como vivir un sueño en pleno día. El problema viene al conocer su razón: una atrofia eléctrica provocada por las neuronas.
Cuando acumulamos experiencias en nuestro cerebro los recuerdos se pueden almacenar en dos armarios distintos: el disco duro de los acontecimientos recientes y el de los acontecimientos viejos. Dicho de otra manera: memoria a corto plazo y a largo plazo. Normalmente el sistema de almacenamiento no suele fallar en nuestro día a día.
El déjà vue es un solapamiento de la información en el cerebro. Al guardar una experiencia reciente nuestras neuronas, por error, detectan que este recuerdo ya se había almacenado en la memoria a largo plazo, cuando aun no se ha guardado en la memoria reciente. Se piensa que se puede tratar de un impulso eléctrico que se ha duplicado y ha tomado caminos distintos, y uno de estos, da media vuelta de forma errónea. ¿Qué efectos provoca esto? Que para nosotros se trata de una experiencia ya vivida.
Si te has parado a pensar en esos momentos te habrás dado cuenta de que sólo suele ser una imagen la que te parece recordar. Sólo una. La razón es que el fallo cerebral es puntual y no puede almacenar nada más que 1 sólo recuerdo, si es que me permites ponerle un número.