Buscando soluciones al problema astronómico del desempleo juvenil

Por Seniorbi
El pasado 5 de junio ha tenido lugar en el Teatro Arriaga de Bilbao un debate organizado por la Fundación Novia Salcedo NSF con el lema “¡Ven y aporta!¡Houston tenemos un problema!¡ Necesitamos soluciones ya!”, con el objetivo de comprometer a la sociedad sobre el problema del paro juvenil, considerando que sin la participación de todos, el problema no se va a solucionar. Asistí representando a nuestra asociación SECOT (y también por sintonía personal con NSF y su equipo de profesionales).
Era preciso reunir todos los cerebros disponibles en el país para buscar salidas, como los astronautas aislados físicamente en su módulo en el espacio. Hace 43 años,los astronautas Lovell, Swigert y Haise, con mucha experiencia de misiones anteriores, participaron en la séptima misión tripulada del programa Apolo para ir a la Luna. Pero su misión se torció por una sucesión de incidencias y tuvieron que solucionar el problema con los medios que tenían disponibles a bordo para volver a la tierra.
Es que tenemos aquí un problema de grandes dimensiones, un problema astronómico. La última tasa de desempleo para los menores de 25 años en Euskadi es del 43,1% (datos del primer trimestre de 2013 del Eustat) ¡A nosotros también nos ha estallado el tanque de oxígeno número dos!, claman en NSF.
Fuente: Irekia - Gobierno VascoLa presentación del programa y de los personajes ante un teatro lleno corría, como de costumbre, a cargo de Paloma Eizaguirre, responsable de Comunicación de NSF. Tomaron la palabra Sabin Anuzita, concejal del Ayuntamiento de Bilbao, en nombre del alcalde Iñaki Azkuna que estaba convaleciente de una operación quirúrgica, Las introducciones dieron paso al propio debate, dirigido y moderado por Iñaki Gabilondo, el conocido periodista quien a sus 70 años sigue demostrando una maestría profesional que pocos tienen. Llamó a participar en el debate, citados a continuación, a personas de diversas edades, profesiones y situación personal y social:
  • Luis Alberto Ortega, ex Becario de Global Training
  • Oscar Alvarez, joven empresario, ASAKEN
  • Maider Cuadra, Secretaria del Consejo de Tubacex
  • Guillermo Dorronsoro, Decano de Deusto Business School, Universidad de Deusto
  • Santiago García Echevarria, Director del Instituto de Dirección y Organización de Empresas (IDOE), Universidad de Alcalá
  • Antonio García Infanzón, Fundación Mapfre
  • Estibaliz Goikoetxea, joven bioquímica.
  • Félix Goñi, Profesor y Director de la Unidad de Biofísica de la Universidad del País Vasco
  • Borja Izaola, Arquitecto y Antropólogo.
  • Maureen Lynch, profesora y madre de tres hijos universitarios
  • Pedro Luis Uriarte, Presidente de Economía, Empresa, Estrategia S.L y Fundador de Innobasque (quien dijo que su primer empleo cuando era joven era el de limpiador de cristales en Inglaterra, el de “interina” como lo expresaba)
  • José Ramón Urrutia, profesor de la Universidad del País Vasco, ex senador, y profesional y padre de hijos universitarios
  • Alejo Ramírez, Director de la Oficina Iberoamericana de Juventud
  • Carmen Sanz, Presidenta de la Cámara de Comercio Hispano-Noruega
  • Alvaro Videgain, Presidente Tubacex
Luis Miller y Paloma Ubeda, Profesores investigadores de la UPV-EHU, presentaron a su vez los resultados de una encuesta realizada por internet antes del evento. De esta y del debate quedó patente el alcance yla complejidad del problema que “no tiene soluciones mágicas” como dijo el Lehendakari del Gobierno Vasco Iñigo Urkullo en su intervención en el acto, y que para fomentar el empleo juvenil "lo auténticamente imprescindible es la acción, el paso adelante".  En su columna de la sección de Economía del Correo de 9 de junio, Ignacio Marco-Gardoquí, economista y empresario, dice sobre la escasez de empleo juvenil que “es sin duda uno de los problemas más urgentes y lacerantes a los que nos enfrentamos”. Y hace mención a este evento y a las palabras del Lehendakari “No queremos, no podemos y no debemos consentir que nuestros jóvenes vayan a trabajar al extranjero”. Marco-Gardoquí dice que lo siente pero que no está de acuerdo y dice, “Lo malo no es que nuestros jóvenes se vayan a trabajar, a formarse, a recibir nuevas experiencias y, en definitiva a enriquecerse como personas y como profesionales, fuera de nuestras fronteras; lo malo es que no vuelvan por falta de oportunidades”. Y añade que en lugar de plantear fórmulas cómodas “es mucho mejor trasladar mensajes de esfuerzo y compromiso, dos virtudes que necesitamos para sobrevivir y que estamos perdiendo al por mayor. El sistema educativo vigente mima a los jóvenes en exceso al rebajar los niveles de exigencia. Para que nadie se quede rezagado hemos decidido facilitar los exámenes, lo que nos conduce, por ejemplo, a un 95% de aprobados en las pruebas de selectividad. Cualquiera que conozca un poco la actitud demostrada y el esfuerzo desplegado pot los jóvenes de hoy convendrá en que ese porcentaje es excesivamente complaciente. Por eso, si ahora les incitamos a prolongar la comodidad y les desanimamos a ir a buscar un empleo allí donde lo hay, les estamos haciendo un flaco favor. Por el contrario, podemos apoyar el que se vayan, y debemos concentrarnos en crear una sociedad y un sistema económico eficiente y suficientemente atractivo para captar su atención y para que vuelvan después, mejor formados, a construir un país, también, mejor.”Yo no veo tanta discrepancia entre lo dicho por Urkullo y Marco-Gardoqui. Creo que el Lehendakari, cuando dice que no debemos consentir que los jóvenes tengan que ir a trabajar al extranjero, está pensando en que tenemos que crear las condiciones para que trabajar al extranjero no sea una necesidad vital, que hay que irse porque no hay más remedio. Que su enfoque no es desaconsejar que los jóvenes vayan al extranjero para adquirir experiencia y formación, pero que sea la propia decisión del joven. Que los jóvenes bien formados deben poder volver y encontrar un trabajo aquí. El quid de la cuestión es este: para que puedan volver necesitamos repensar el sistema educativo y una verdadera revolución de nuestro sistema y estructura económicas y sobre todo cultivar el espíritu de emprendimiento en los jóvenes, no solo para crear nuevas empresas sino también para ayudar a las existentes para que crezcan, sean más productivas, eficientes, y competitivas en el mercado, y se expandan aquí y fuera de nuestras fronteras, globalmente. Conseguir una revolución como la que han producido las tecnologías de la información. No he pronunciado la palabra tan en boga “innovación”, porque esto es evidente y siempre ha sido necesario, también cuando yo empecé a trabajar hace ya más de 50 años.