¿Buscas reconocimiento? (Parte I)

Por Gerant05

Este tema del reconocimiento es uno de los temas que más me gustan, de hecho es una de habilidades necesarias de un Coach que debe tener, la cual en determinados momentos debe transmitírsela a su cliente en determinados momentos de las sesiones o procesos.

Cuando me puse a escribir el post, me he dado cuenta que el tema en desarrollo se extendía, así que decidí hacerlo en dos entregas, la siguiente será publicada el próximo martes 4 de marzo.

Volviendo al tema, el reconocimiento es una de la cosas que nos persigue durante toda nuestra vida, no podemos escaparnos de él, queramos o no estará ahí, y esto nos va marcando a medida que crecemos.

Para mí el reconocimiento es algo muy bueno, más cuando se lo das de forma sincera y placentera a otra persona, además es necesario y funciona para nuestra autoestima como el aceite para un coche. El cual se le debe recargar y revisar, ya que la falta de éste hace que el vehículo no se puede utilizar y en caso que lo hagas, destrozarías el motor.

Con el reconocimiento en nuestra vida, sucede lo mismo, es muy necesario para sentir que estamos actuando bien, nos provoca confianza, tenemos la sensación de que estamos aportando y a la vez vemos que somos importantes, pero…….. esto tiene una pequeña trampa.

 ¿Cuál es la trampa del reconocimiento?,

 dependerá de dónde viene.

El reconocimiento puede venir de dos lados, uno del exterior y el otro desde el interior, el primero puede jugarte muchísimas malas pasadas como buenas, pero el segundo es sincero e inspirador, y además no tendrás apego a él, cosa que en primero pasado el tiempo te haces adicto.

Cuando el reconocimiento proviene de afuera y nos acostumbramos a hacer las cosas con el fin de cosechar muchos de estos, la mayoría de las veces solemos desconectarnos de nuestro SER para recolectar todos los elogios posibles, sin tener en cuenta la calidad de estos ni de dónde provienen.

Esto trae como consecuencia, que poco a poco esto se nos convierte en un apego, trayendo como consecuencia que con el tiempo trae muchos “bajones” anímicos.

El reconocimiento externo les fascina enormemente a nuestro EGO, es lo que más le gusta, busca, pelea, se enfada, lucha y quiere, “que el mundo esté a nuestros pies”, no, mejor dicho “¡a sus pies!”.

Así nos ponemos emocionalmente y anímicamente cuando buscamos en cada cosa que hacemos un reconocimiento externo, nuestro EGO a medida que actuamos desde esta perspectiva, se hace más fuerte, trayendo como resultado que perdamos autenticidad y conexión con algunos de nuestros valores.

Esta actuación nuestra (muchas veces inconsciente) da paso muchas veces a nuestra peor versión de nosotros mismos con tal de encontrar y llevarnos ese reconocimiento externo tan esperado.

Todo esto es agradable y bonito cuando hay bastante reconocimiento externo, pero ¿qué pasa cuando eso no llega y a veces no viene nunca?….

 CONTINUARA