1 Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
Acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.
3 Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos,
Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegría. .Le dan a uno ganas de llorar y unirse al coro de gospel dando palmas, yeah, yeah, sintiéndose así un poquito camino del cielo..
Hasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tú nos hiciste..Y ya, en pleno éxtasis místico-espiritual, cantar a grito pelado el último versículo del salmo, y coger de las manos a los niños de la primera fila de la iglesia para bailar con ellos... ¡Ah, qué sensaciones que le da a uno la religión!
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9. Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña.
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Enrólate en el Otto Neurath