CA LA MARIA, B&B BOUTIQUE

Por Catgo

Y siguiendo con la visita que os explicamos en nuestro post anterior, ahora llega el momento de conocer el encantador B&B boutique, Ca la Maria.

Como nos explicaba Neus Inglada, Ca la Maria es un proyecto independiente al que ella acaba de comenzar, pero dada la proximidad geográfica y familiar ha creído interesante aprovechar el espacio para ampliar la gama de servicios que ofrecen desde Cowork Rambla Catalunya.

Ca la Maria

Ca la Maria, que el próximo 11 de noviembre celebrará el 4º aniversario de su apertura, es un Bed and Breakfast boutique de ambiente sofisticado a la vez que familiar, que ha sabido aprovechar perfectamente el carácter y la personalidad que le otorga el estar ubicado en un piso modernista de 1920.

Su excelente ubicación en el corazón del Eixample, añade la comodidad de poder descubrir muchos de los rincones más emblemáticos de Barcelona con un corto paseo.

Nada más acceder al vestíbulo tienes la sensación de que acabas de entrar en una casa particular, en lugar de en un hotel.

Al frente del mismo está María Inglada, arquitecta de formación, pero cocinera de corazón. Algo que, como nos confiesa, le sirvió para reinventarse en 2013, cuando tras finalizar los estudios técnicos universitarios y enfrentarse a un 80% de paro en su sector, apostó por dedicarse al mundo de la hostelería.

Durante sus años en la universidad -entre planos, reglas graduadas, escuadras y compases- nunca dejó de lado su pasión por la cocina, especialmente en el campo de la repostería. “Me gusta hacer pasteles”, nos confiesa. Por eso, al presentársele la posibilidad de disponer del piso que ocupa, no dudó en embarcase en ese proyecto.

Un diseño moderno y funcional, pero con carácter

Nada más acceder al vestíbulo, tienes la sensación de que acabas de entrar en una casa particular en lugar de en un hotel.

Tanto en la decoración como en la distribución de los espacios se nota perfectamente la mano de María en el diseño. Es evidente que están pensados por alguien con criterio arquitectónico, tal y como nos reconoce María. Sus conocimientos técnicos le ayudaron bastante en las obras que transformaron el piso en hotel.

Recuerda con mucho cariño –y una sonrisa en su rostro- cómo empezó todo. Su primer huésped fue una chica de Arabia Saudí que hizo la reserva para unos días antes de que el hotel estuviese acabado. Por un fallo en los buscadores de reservas, la oferta se publicó unos días antes de la fecha prevista para la inauguración. A pesar de que el hotel estaba todavía prácticamente en obras, sin dudarlo un momento, adecuaron rápidamente una de las habitaciones y parte de las zonas comunes, para poder confirmar la reserva.

El resultado fue de lo más satisfactorio. Su huésped no solo quedó encantada del lugar y del trato, sino que ya ha regresado en diferentes ocasiones, incluso acompañada de otros miembros de su familia. Y eso que María nos confiesa, que durante la semana que estuvo alojada allí continuaron con las obras, aprovechando las horas que la huésped pasaba fuera del hotel.

Tras un inicio tan agitado, es un hecho que estos cuatro años de vida han servido para que el hotel se haya ido posicionando con calma y constancia, adaptándose y resolviendo las necesidades que se han ido planteando día a día, con unas buenas dosis de paciencia y constante formación.

Un B&B con “caliu”

Cuenta solo con cuatro habitaciones, lo que ayuda a crear un ambiente tranquilo y familiar, que buscan la gran mayoría de los clientes que se alojan allí.

Al tratarse de un hotel de tan pequeñas dimensiones, sus trabajadores pueden dispensar un trato totalmente personalizado, tal y como haría cualquier buen anfitrión con sus invitados.

Desde el mismo momento en que los huéspedes realizan el check-in, se intenta descubrir cuáles son sus necesidades e intereses, para poder responder a sus preferencias de la mejor manera posible. Aconsejarles a dónde ir, qué hacer, cómo desplazarse…

¿Qué es lo que más les interesa de Barcelona a los huéspedes?

Toda la ciudad en sí -nos explica María. Eso sí, cuando le piden alguna recomendación, le sale su vena de arquitecta y siempre recomienda ir a visitar la Sagrada Familia, ya que considera que es un must de Barcelona.

¿La razón? Su luz, su estructura, la sensación que te transmite el interior, a pesar de estar allí junto a otras mil personas más…

Por cierto, ante las críticas de la desviación del proyecto inicial de Gaudí, nos argumenta que todas las catedrales de la Edad Media se tardaron en construir entre 300-700 años, lo que provocó que se empezasen con un estilo y se acabasen con otro. Lo mismo que está pasando con la Sagrada Familia.

En una de las paredes de la recepción hay un mapamundi donde se van marcando los lugares de procedencia de los huéspedes que se han alojado en el hotel. En cuatro años ya tienen marcas en los cinco continentes.

La distribución de los espacios se corresponden con la estructura original del piso, y en el diseño se han respetado tanto las dimensiones, como molduras y puertas. Algo que ha permitido mantener el encanto modernista original.

En la decoración se ha combinado mobiliario vintage con otro totalmente actual, buscando combinar calidez y confort. Se han recuperado muebles de anticuario –como un banco de sillas de madera, procedentes de un antiguo cine de la Bisbal del Penedès-, y se han usado algunas piezas procedentes del propio entorno familiar de la propietaria, un detalle que ayuda a darle un “caliu” hogareño.

Una decoración combina el estilo vintage y contemporáneo. Foto: Ca la María

Un detalle que no pasa desapercibido es la cantidad de obras de arte que forman parte de la propia decoración, así como una completa biblioteca y videoteca, con las que se quiere transmitir la pasión de la familia de la propietaria por el arte y el cine. Las obras proceden de la colección privada de arte contemporáneo de Cal Cego.

Entre las “piezas” de arte que más nos llaman la atención, está una curiosa obra de Jonathan Monk. Se trata de una frase en la que el artista nos convoca a visitar las Ramblas de Barcelona de aquí a unos años.

Por cierto, como reivindicación de la marca Barcelona, cada una de las habitaciones llevan el nombre de un lugar o un barrio de la ciudad.

Gastronomía de proximidad

Otra de las apuestas de Ca la Maria es la gastronomía cuidada y de proximidad. En sus desayunos siempre encuentras productos caseros de fabricación propia como mermeladas, yogures, tartas o aceite. Especialmente interesante el huerto urbano que tienen distribuido entre diferentes maceteros de su impresionante terraza interior, de donde obtienen algunas de las frutas y los vegetales que usan para cocinar.

De manera puntual, y a petición, también dispone de una oferta de eventos gastronómicos que incluyen cenas pop-up, degustaciones y catas o cenas temáticas, como por ejemplo el llamado “sopar de l’oli” o “la rosta”, una costumbre gastronómica típica del Penedés, donde se degusta pan tostado con aceite, al que se le puede añadir sal, azúcar, limón y chocolate, entre otras opciones.

Aceite virgen de oliva de producción propia

Las trabacaciones

Tras visitar el acogedor entorno de Ca la María, ya entendemos perfectamente el porqué desde Cowork Rambla Catalunya no han dudado en unir fuerzas, y incluir su oferta dentro del mercado de los amantes de las trabacaciones, modalidad viajera de las que nos habló Neus durante la primera parte de nuestra visita.

Es evidente que pocos milenials que tengan que venir a hacer negocios a Barcelona se resistirán a alojarse en un lugar tan maravilloso y tranquilo -similar a un hogar-, a la vez que tengan la posibilidad de acceder a un espacio de trabajo y reuniones bien alejado del ambiente serio y formal que ofrece una fría oficina tradicional.

Un lugar ideal para poder tomarse un “break” durante la jornada laboral

Ca la María B&B Boutique
C/ Còrsega, 284
Barcelona

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