Antes de empezar esta crítica he de dejar en claro dos puntos fundamentales que necesito expresarles. El primero es que me considero seguidor y admirador de la filmografía de Steven Spielberg, al menos de la filmografía que vale la pena, y no de esos productos mal hechos con el simple afán de ganar dinero o complacer un capricho del llamado “Rey Midas” de Hollywood. El segundo punto que quisiera remárcales, el principal de echo, es que Caballo de guerra, es un libro infantil y por ende la adaptación cinematográfica es sumamente parecida, familiar, me refiero, por ello les pido que no esperen una película ni violenta ni mucho menos cruel. Habiendo aclarado eso, empecemos.
Caballo de guerra nos cuenta la relación de amistad que sostienen un joven ingles, de familia humilde, llamado Albert Narracott, interpretado por Jeremy Irvine, y un caballo de nombre Joey. Una amistad que se fortalece aun más debido a las dificultades familiares de Albert y también con la inminente llegada de la primera guerra mundial, motivo por el cual, Joey es vendido a la caballería británica y separado de su mejor amigo. Desde ese momento la historia toma dos caminos y puntos de vistas diferentes, además de diversas subtramas que pretenden enriquecer la trama o eje principal de la historia.
Creo que todos estarán de acuerdo que el alma y motor fundamental para que esta película se mantenga de pie, es el caballo Joey, magnifica criatura que se roba la película cada vez que sale a cuadro. Si bien la relación del animal con los distintos personajes de esta aventura pretende ser interesante, cómo los dos hermanos alemanes o la niña y su abuelo francés, y que deberían reforzar y aportar algo fundamental y emotivo a la trama, acaban por ser intranscendentes ya que Spielberg no les da ni el tiempo ni el peso que requerían, una lastima. Para fortuna de él, de Spielberg me refiero, Joey esta ahí para salvarlo. Es tal la ternura y carisma que trasmite esta criatura, que el público se identificara con él de manera inmediata.
Merecidamente opta por el titulo de película del 2011, pues a pesar de sus errores y quizás de una visión infantil de la guerra (cómo la escena del alambre de púas), logra el objetivo de emocionarnos y hacernos sentir el sufrir de éstos animales, y del hombre también, cuando se habla de guerra. El mensaje es claro y contundente: la guerra destruye todo, pierdes todo lo que amas y jamás vuelves a ser el mismo. Ahora bien, más allá de eso que acabo de decir, la película sobresale también por meritos propios y por el cine que desborda en ciertas secuencias, cómo la primera batalla de ingleses con alemanes, el monologo de las palomas de guerra (simplemente sublime), la batalla de Albert, la muerte de dos amigos(los que la vean sabrán de que hablo), o la impresionante y poderosa cabalgata final de Joey, através de un campo de guerra. Si esta ultima secuencia de la cual les hablo no es cine puro, entonces no se que lo es.
Calificación: ★★★★☆