Cabildo y Juramento

Por Libretachatarra


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…si uno despliega un mapa del barrio, Cabildo y Juramento queda casi en el centro de ese lugar que en 1855 era un pueblo, en 1883 pasó a ser ciudad y que en 1887, tras ser anexado a Buenos Aires, quedaría como un barrio más de la gran metrópolis. Los nombres actuales de las dos avenidas recién fueron impuestos el 27 de noviembre de 1893. Antes, Cabildo era 25 de Mayo y Juramento, Lavalle.
Y aún en los tiempos en que Cabildo era el Camino Real del Norte, un ancho sendero de tierra que usaban los troperos (vale recordar que en el cruce con la actual calle La Pampa estaba la pulpería La Blanqueada, antigua parada de carretas), la esquina con Juramento ya empezaba a figurar como lugar importante. Es que a unos metros vivía Juan Callaba, dueño de las diligencias que llegaban desde el Centro hasta Belgrano. La más famosa era una llamada “La Golondrina”. Hoy, por Cabildo y Juramento circulan unas quince líneas de colectivos.
Y si de transportes se trata, aquella esquina también vio pasar muchas veces al famoso tranguaicito, un tranvía tirado por tres caballos que iba desde la estación del tren, en el Bajo, hasta la actual calle Vidal. Era un servicio especial que circuló hasta noviembre de 1915. Durante muchos años, la concesión de ese servicio estuvo a cargo de Luis Cevasco, un antiguo vecino del barrio quien también era famoso por ser el dueño de “Toro”, un caballo percherón que ganó muchas cinchadas. La historia dice que, con “Toro”, don Cevasco ganó e hizo ganar mucha plata a muchos apostadores que le tenían fe a la fuerza de su caballo.
En tiempos más actuales, Cabildo y Juramento tuvo también otros sitios que la hicieron cita obligada: la famosa Confitería Mignón, el cine que también tenía ese nombre y la Galería Juramento, punto de encuentro hasta la década de 1980. La confitería era famosa por servir en bandeja de plata las masas que acompañaban el té. En la ochava que ocupaba ahora hay pequeños comercios de distintos rubros.
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En cuanto a la Galería Juramento, muchos la evocan como Churba. Tenía tres pisos y dos subsuelos y a los locales se llegaba caminando por una amplia rampa que dejaba un gran hueco central que proveía aire y luz. Fue un lugar de moda y diseño y albergó comercios que quedaron en la memoria de muchos: la disquería Downtown Records, las casas que vendían jeans y remeras exclusivas y, en el tercer piso, la famosa Toldería de la Griega, donde los hippies conseguían la ropa que los distinguía.
Hoy, en esa esquina, hay una pizzería y un gran local de ropa deportiva. También se ve un mural que recuerda a John Lennon pidiendo una oportunidad para la paz.
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“Belgrano, desde su esquina símbolo”
EDUARDO PARISE
(clarín, 23.05.11)