El senderismo en Santo Antao es ideal para al que le guste caminar. Hay numerosos senderos y caminos de piedra adoquinada por toda la isla para disfrutar del paisaje a la vez que hacemos algo de ejercicio.
Recién desayunados en el cómodo Oasis Paul Residencial, nos encaminamos de buena mañana por la calle que sube la montaña para conocer el Valle de Paul.
La forma más común de hacer la excursión es llegar hasta Cova contratando una camioneta que te lleva hasta la cima de un volcán extinto e iniciar la ruta bordeando el cráter y bajando por un sendero con un desnivel de más de 1000 metros.
Nosotros optamos por subir y llegar hasta algo más allá del pueblo de Passagem. La cuesta al principio es bastante empinada pero vamos caminando poco a poco. El paseo nos encanta pues el valle es un vergel de plantas y se encuentra muy verde parece ser por las últimas lluvias del mes.
Vemos las típicas plantaciones de caña de azúcar de donde se extrae su jugo para hacer el grogue (el típico aguardiente de Cabo Verde) y licores como miel de caña y ponche de miel. La docena de trapiches que se encuentran esparcidos por el valle es lo único que interrumpe el silencio en este lugar.
A medida que vas subiendo ves a los trabajadores que cargan las cañas de azúcar en la furgoneta para llevarlas a los trapiches donde elaboran los licores con el proceso de destilación.
Vemos también mujeres que de forma increible cargan cubos gigantes en la cabeza llenos de verduras y a otras mujeres en sus casas realizando tareas varias del hogar.
Llegamos al pueblo de Eito donde saludamos a unas niñas que van de camino al colegio. Más tarde llegamos a otro poblado Roda Grande.
Mediante una carretera bastante empinada poco a poco vamos subiendo hasta Boca de Figuereira, donde se encuentran construyendo un hotel que según los lugareños está patrocinado por americanos. Hay obreros trabajando el mortero.
Pasamos por las casas típicas del Valle de Paul con sus tejados de caña y paredes de piedra encaladas de blanco. Estas construcciones son de la época colonial y convierte el paisaje aún más exótico en medio de tantas flores y plantas.
Hablamos con la Sra. Filomena que cuida las cabras y gallinas que tiene en su estancia, también se ocupa del huerto. Su hermano trabaja en la fábrica del grogue. Nos dice que podía faltar la comida a veces pero que lo más importante era vivir con tranquilidad, con la belleza de la naturaleza del valle, con paz y mucho amor.
Cuando llegamos a la estancia turística de Passagem seguimos hasta Loubinho y desde aquí empieza el trekking a Pico da Cruz hasta el cráter de Cova.
Volviendo nos encontramos con la casa-museo de un antiguo trapiche y nos dan a probar una degustación de miel de caña y ponche de miel. Pedimos una botella de ponche para disfrutarlo estos días.
Desde aquí podemos apreciar una estupenda vista del valle y las montañas. Y justamente recordamos las palabras de Doña Filomena: que a pesar de las dificultades, viviendo en el valle es posible ser feliz.