Cabo Vidio, Luarca y Navia

Por Esperanza Redondo Morales @esperedondo

Martes 30 de diciembre de 2008. Nos tomamos con calma el momento del desayuno y después salimos en dirección a Oviñana, que está muy cerca de Cudillero, para ir a ver el cabo Vidio. Este lugar es uno de los accidentes geográficos más famosos de toda Asturias, y el camino para llegar hasta allí está muy bien señalizado.

Una vez que llegamos, dejamos el coche en las proximidades del faro que lleva el mismo nombre; hay bastante sitio donde aparcar, así que no tenemos problema. Supongo que en verano la cosa será otro cantar...
Por supuesto, no hace falta decir que las vistas desde este punto, con unos acantilados que en algunos sitios alcanzan más de 100 metros de altura, son sencillamente espectaculares. No sin motivo, toda la zona que se encuentra en las proximidades del cabo Vidio ha sido declarada paisaje protegido.
Después del agradable paseo por la zona, seguimos nuestro camino hacia Luarca, más conocida como la villa blanca de la costa verde y capital del concejo de Valdés. Como siempre, lo primero que hicimos fue buscar un sitio donde poder soltar el coche, y después dedicarnos a patear la ciudad tranquilamente. Llevábamos anotados varios sitios de interés que podían visitarse pero no teníamos claro dónde estaba exactamente cada uno ni cuál iba a ser el orden, así que fuimos siguiendo las indicaciones hacia el centro urbano y desde allí empezamos el recorrido.

En primer lugar pasamos por el puerto, que existe ya desde el siglo X; antiguamente los habitantes de Luarca se dedicaban a la caza de las ballenas, y en la actualidad la pesca es una de las actividades más importantes de la ciudad. El puerto de Luarca me resultó muy acogedor, y sobre todo de lo más colorido con todos sus barcos allí atracados. Como en todos los lugares con puerto, a última hora de la tarde se pueden ver los barcos que regresan de faenar, y asistir a la venta de pescado en la lonja.
Junto al puerto se encuentra el barrio del Cambaral, el barrio pesquero de Luarca, a través del cual podremos llegar a la parte más alta de la ciudad, encontrándonos por el camino con un total de quince cuadros de azulejo que nos narran la historia de la villa. En este barrio del Cambaral se encuentra el famoso puente del beso, sobre el que circula una leyenda debido a la cual el barrio lleva este nombre.
Cuando hayamos atravesado el Cambaral, llegaremos a la parte más alta de Luarca, conocida como la atalaya. En esta zona se encuentra la capilla de la Blanca, también llamada capilla de la Atalaya, capilla de la Virgen de la Blanca o capilla del Buen Jesús Nazareno. En su interior destaca el retablo de Jesús Nazareno, obra barroca del siglo XVII.

Junto a la capilla de la Blanca están también el faro y el cementerio. Se trata de un cementerio pequeño, pero con varios panteones de estilo modernista bastante llamativos y del que además hay quien dice que es el cementerio más bonito de España. Estuvimos un rato paseando por allí porque me habían dicho que Severo Ochoa, natural de Luarca, está enterrado aquí. Pero a Juan esto de los cementerios le da un poco de mal rollo y no quise prolongar mucho la visita, así que al final me quedé con las ganas de ver la tumba de nuestro premio Nobel. En cualquier caso, y aunque te den yuyu los cementerios, no sé si realmente será como me habían dicho el más bonito de España, pero desde luego bonito sí que es. Las vistas desde él son espectaculares, y aunque el día que estuvimos en Luarca hizo un sol espléndido, amigos asturianos me han dicho que aún más espectacular es verlo cuando hay galerna y las olas son tan altas que llegan hasta los muros del cementerio.
Por último, volviendo de nuevo hacia la parte baja de Luarca, nos despedimos parando a comer en uno de los numerosos restaurantes que hay en la zona cercana al puerto. Es una maravilla estar allí con el mar al lado, respirando tranquilidad y por supuesto sin casi gente; como decía antes, en verano es otro cantar... Después de comer volvimos a por el coche y nos dirigimos a otro de los sitios que teníamos pensado ver este día: la playa de Frejulfe.

Frejulfe, una playa bastante grande y que ha sido declarada Monumento Natural debido a su vegetación (formada principalmente por eucaliptos), sus numerosas dunas y su ecosistema, se encuentra muy cerca del pueblo que lleva el mismo nombre, y también está bastante cerca de Puerto de Veiga (a veces los de esta última localidad consideran la playa de Frejulfe también como suya). En esta playa suele haber corrientes bastante fuertes, por lo que siempre nos aconsejan que tengamos cuidado, sobre todo si tenemos previsto bañarnos.
En la ruta de hoy, nuestra última parada la hicimos en otra localidad que se encuentra cerca de Frejulfe; se trata de Navia. Estuvimos dando un paseo por allí, aunque al ser invierno ya empezaba casi a anochecer cuando llegamos. Pero nos dio tiempo a ver su original paseo marítimo, con una pasarela que imita el casco de un barco; después fuimos a la parte más alta, donde está la playa del Moro, y vimos además el famoso monumento al emigrante, que se encuentra sobre la playa de Navia y cuya leyenda dice:
De cara a la gran aventura de las Américas, dejaron su tierra y cruzaron al mar iluminados por una eterna alborada de descubrimientos. Estas piedras son el homenaje permanente y entrañable de los que quedamos a cuantos emigraron y volvieron y a los que nunca más retornaron.



Fotografías: Juan Martínez Jarque.