Esta entrada se publica una semana después de su elaboración y contiene cuatro instantáneas tomadas en este Gijón del alma. Fueron cargadas en la página mientras teníamos la cabeza en otro sitio, a pocos kilómetros de aquí, en la cama de un hospital, en la que alguien próximo luchaba por sobrevivir desde la ignorancia de la sedoanalgesia. Estoy seguro de que cuando vea la luz, solo podrá evocar una sonrisa. Por que así sea, va por todos.