Cada día más esclavos de WhatsApp

Publicado el 13 enero 2022 por Nafuente

Cada minuto que pasa somos más esclavos del móvil, especialmente de WhatsApp, y por ello relanzo una serie de consejos actualizados sobre cómo usar una aplicación que, lo queramos o no, se ha convertido en nuestro sexto dedo. Si quieres aportar alguna sugerencia o idea, manda un mensaje en el formulario de contacto que tiene este blog.

1. No satures

Este primer punto no necesita más explicaciones. No seas plasta, que bastante tiempo nos roban los wasaps (sí, ya se puede escribir wasap).

2. El tú a tú, en privado por favor

Lo más odioso de un grupo es que alguien se ponga a conversar con otro alguien eternamente y el resto nos quedemos mirando atolondrados. Se agradece que esos dos alguien hablen en privado fuera del grupo.

3. Pide permiso

Si montas un grupo consulta al menos a la gente si realmente quiere estar. Este uno de los grandes defectos de WhatsApp, que entra en tromba en tu intimidad sin llamar a la puerta.

4. Educación ante todo

Si no quieres estar en un grupo de WhatsApp, sal cuanto antes. Y cuando salgas, te despides. Casi todos lo vamos a entender. Si alguien no lo entiende es su problema y su complejo.

5. Avisa que estás graciosillo

Los textos escritos no tienen entonación ni ojos a los que mirar, por lo cual se pueden malinterpretar siempre. Si lo tuyo es la ironía permanente usa emoticonos sonrientes para que el resto capte que estás graciosillo hoy.

6. Emoticonos, los justos

Poner muchos emoticonos 😍😂😜🧐💋💪❤️⚡💓⭐👌🕯️😯🍷☹️ es de horteras y seguro que no quieres que el resto del grupo sepa que eres un hortera integral sin remedio.

7. Todos deseamos que se mejore

Si un niño de un padre/madre del grupo se pone malito no debemos de poner todos "que se mejore". Con que un par de adultos lo pongan, ya hablan en nombre del resto. Cae de cajón que somos amigos/conocidos y nadie desea que ese niño empeore.

8. Dar las gracias uno por uno: No

Si te felicitan por tu cumpleaños o por lo que sea, deja que pase tiempo y da las gracias al final, no uno por uno.

9. Respeta los horarios

La franja horaria entre las 23.00 y las 9.00 horas es para descansar y sólo debe admitir wasaps muy importantes. El resto de mensajes y chorradas en horario laboral, por favor.

10. Dosifica

Si tienes una batería de memes o vídeos graciosos do-si-fi-ca-los. No los publiques de golpe en el mismo minuto porque provocarás que muchos del grupo apaguen la pantalla del móvil. Por cierto, lo de poner todo el rato imágenes fuera de tono háztelo mirar.

11. Cállate

Si no tienes nada que decir, calla. Cuando escribas, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.

12. Contrólate

Si bebes, no teclees; te puedes arrepentir mucho al día siguiente. Por supuesto, si conduces ni toques el móvil. Mejor ni mirarlo.

13. De privado, nada de nada

Todo lo que tecleas es público. Con una simple captura de pantalla desde el móvil se puede sacar a la luz cualquier conversación o foto de un grupo privado. Cualquier burrada escrita en WhatsApp salta en cuestión de horas del móvil al telediario o a la Guardia Civil.

14. Activa el doble check azul

Salvo excepciones por circunstancias personales o profesionales, no te vayas de importante ni de tener una agenda apretadísima. Esa doble marca azul indica que al menos has leído lo que te han mandado. Si no contestas es por tu mala educación, no por tu agenda. Recuerda que las comunicaciones son de doble carril y que hay que responder en cuanto se pueda. El emoticono del dedo pulgar en alto 👍 es una rápida solución.

15. No hay que wasapearlo todo

Relájate con las teclas, que agotas. De noche y en fin de semana frena en seco tu obsesión wasapera. Tus dedos, tus ojos, tu cabeza, tu cuello y tu entorno sociofamiliar lo agradecerán.

16. Envía frases enteras

Envía frases enteras, bien escritas y que aporten. Sobre todo, esto último.

17. ¿Aparcar el móvil el fin de semana?

Si consigues aparcar el móvil durante todo el fin de semana serás la excepción de las excepciones. Conozco personalmente algún caso, pero tiene truco: su entorno le manda los mensajes a su pareja que, encima, se los lee.