Un solo café anb llet, café con leche, ha provocado durante la última semana una espiral de pasiones catalanistas y anticatalanistas, con agrias reacciones periodísticas en toda España.
Nació del choque verbal, en un ferry que navega por las islas Baleares, entre Quimi Portet, que fue conocido con el dúo musical El último de la fila, y un camarero gallego del barco.
El músico le pidió al camarero un café con leche en catalán, y este le respondió “Mira: en gallego, español, francés, inglés y hasta en italiano te entiendo, en catalán o mallorquín, ya no”.
La respuesta del camarero y la reacción del músico, que denunció al trabajador en las redes sociales, donde además publicó su foto, fueron prueba de una rabia larvada que, en un caso era muestra de mala educación, y en el otro, de mala intención.
Los supuestos agravios del resto de los españoles a los catalanes, inventados por los separatistas, enervan a muchos catalanes; y también a muchos de los demás españoles.
Ambos grupos generan irritados conflictos de patrioterismos localistas.
El agresivo complejo de superioridad de algunos nacionalistas frente a otros españoles provoca frecuentes respuestas insolentes, como aparenta ser la de este camarero, que por trabajar entre las islas Baleares tenía que entender perfectamente lo que le pedía el cliente; además, leche, llet y leite, en gallego, suenan parecido.
¿Había sufrido el camarero las crecientes afrentas de esos independentistas a los demás españoles, a los que llaman inferiores y de los que se ríen, como hacen donde se sienten fuertes? Sí.
Cualquiera de estos choques, sin valor informativo, como no sea para analizar los complejos supremacistas, se convierte en noticia nacional que agrava el choque de emociones buscado por los separatistas: acción independentista, reacción anticatalanista.
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SALAS