De camino a San Sebastián, se nos hizo la hora de comer cuando estábamos casi llegando a Pamplona. La decisión era clara, pararnos allí a tomar unos pintxos. Sin conocer la ciudad, tiramos de Foursquare para que nos diera una recomendación, y esta fue el Bar Gaucho.
Y la elección fue un acierto: buenos pintxos y un precio bastante aceptable (al menos para lo que estamos acostumbrados en Barcelona). Investigando después por Internet, vimos que el Gaucho es todo un clásico de la ciudad, con buenas opiniones en distintas páginas.
Os dejo con los pintxos que probamos allí.
Solomillo con salsa de Oporto y foie: buenísima la carne y la salsa. El trozo de pan que lo acompaña nos sirve para dejar el platillo reluciente y sin un gramo de salsa restante.
Foie a la plancha: un clásico de la casa. Simple a más no poder, pero delicioso. Pan tostado, foie pasado por la plancha y un poco de sal en escamas. ¿Para qué más?
Huevo trufado con crema de setas, crujiente de jamón y patatas: un pintxo distinto, servido en vaso. EL huevo trufado con crema de setas es la mejor parte. Las patatas algo más flojas para mi gusto y no acababan de pegar con la crema de debajo.
Tomate relleno de verduritas, rillet de pato y queso de cabra: este fue uno de los que yo no probé, pero el olor era muy bueno.
Crema de erizo con algas: no suelo pedir erizo habitualmente, así que al verlo me animé a hacerlo, pero este pintxo fue el que menos me convenció. Una crema demasiado espesa y con un gusto un poco falto de fuerza y de sabor a mar.
Coulant de chocolate: lo pedimos por gula, ya no teníamos ni hambre. El coulant en si estaba muy bueno, pero hubiera cambiado la nata que le acompañaba por una bola de helado (de mandarina o de mango, por ejemplo).