Argumento
Después de separarse de ese "ángel", Sakura está tan prendada que no duda un momento en seguir al gato negro hasta llegar a una cafetería que posee el mismo olor que tenía el chico. Ésta ve su oportunidad al leer que están buscando personal pero el encargado dice que sólo quieren hombres. Es una cafetería mayormente para mujeres así que a Sakura no se le ocurre otra cosa que decir que es un chico. Entre risas, su "ángel", Chika Tennoji, auténtico dueño de la cafetería, convence al encargado de que la acepten como ayudante.
Sakura no podría estar más feliz de poder acercarse y conocer más a Chika pero éste pronto muestra otra cara más diabólica: le dice a ella las mismas frases bonitas que a las clientas y hace por besarla. Sakura le rechaza, aparte de la confusión por su cambio de actitud le dice que no quiere un beso sin pasión. Marchándose dolida, no se da cuenta que está a punto de cruzar la calle cuando un camión va hacia ella. Chika la salva, la regaña por idiota y le confiesa que fue tras ella porque le hizo sentir mal verla llorar y que en realidad no la habría besado, sólo quería que dejase de tener esa imagen mental de "ángel" de él porque le da vergüenza que le vean así. Sakura se da cuenta de que sí que es una buena persona al haberla salvado ya dos veces y preocuparse por ella a pesar de lo que él diga y se le declara. No piensa dejar de trabajar en la cafetería y acabará consiguiendo que ese ángel con puntos de demonio travieso la quiera a ella también.
Reseña
Lo primero que quiero comentar es que yo suelo decir a menudo que no se deben tener prejuicios con los shojos que tengan componente erótica, que la gente se pierde historias interesantes por ello y también que llevan a engaño en otros casos con la excusa de que se etiquetó despectivamente todo lo que licenciaba la editorial en aquella época como "porno-shojos". Pues eso mismo me pasaba a mí con esta serie, que tenía la imagen mental de que iba a ser una obra de esas características y no. Café diabólico, amor agridulce es un shojo de corte dulce que cuenta con unas muy contadas y justificadas escenas de cama en las que no se ve absolutamente nada. Los prejuicios los tenemos todos y hay que quitárnoslos.Lo que he dicho en las otras reseñas de que las series de esta autora (no suelen ser nada del otro mundo, son simples y están llenas de clichés) también se repite aquí aunque hay un par de elementos a destacar.
Toda la serie es en sí misma un enorme tópico andante. Desde el flechazo de ella, pasando por la persecución al gato que lleva a la protagonista hasta el chico (esto lo he visto en Lo nuestro no puede ser, tío y Príncipe oculto que yo recuerde) o la cafetería de chicos guapos en la que entra a trabajar (inicio casi idéntico de Placer a la carta) hasta el desarrollo en sí con los manidos terceros que se entrometen. Si queréis una obra original, desde luego aquí no la encontraréis.
Al margen del puñado de clichés, hay detalles interesantes del desarrollo que me parece oportuno valorar como que la chica tenga perseverancia y esté segura de sus sentimientos por más que provengan de un flechazo. También tengo que decir a su favor que la pareja que forman es bastante tierna y que van evolucionando de forma natural y dulce. Además, hay bastantes momentos simpáticos que hacen la lectura amena y ligera.
Pero toca hablar de lo peor de la serie y esto se traduce en los terceros que se interponen en la pareja. En total son tres y quisiera comentar un poco de cada uno así que como esto va a hablar del desarrollo más avanzado de la trama puede ser un tanto destripe por lo que aviso hecho.
El primero es Naoki y del pobre tengo que decir que la autora no sabía muy bien qué hacer con él. Aparece como un chico simpático y directo que cae en otro flechazo enamorado de Sakura pero la autora le hace gastar ese tipo de jugarretas tan desagradables y tan horribles que incluyen un beso robado en una noche especial o un intento de violación. La cuestión es que cuando parecía haberse dado por vencido y aceptar el rechazo, vuelve a las andadas por un guión ilógico, errático y absurdo. Lo más sangrante es que a pesar de todo lo que hace, los protagonistas le perdonan y sigue trabajando con ambos en la cafetería. Adiós sentido común.
La segunda en entrar en escena es la ex de Chika, Shoko, su profesora en secundaria baja. Dejando a un lado que todo el mundo parece obviar que una adulta se acostó con un adolescente (no queda clara la edad pero él tendría... ¿14-15 años?) lo que, oye, es delito, todo su arco es ridículo. Que aparezca en ese momento no tiene sentido y la explicación a por qué y qué busca no hay quien se la crea cuando todo el tiempo que sale es para hacer daño a Sakura sin motivo alguno y limitándose a ser cruel y egoísta. Qué horror de personaje, de verdad.
El tercer y último es Shinta y es el único que aporta un arco con un mínimo de interés al ser el mejor amigo de Chika y despertar sentimientos y dudas serias en Sakura. Si no fuese porque el motivo por el que él finalmente se sentía atraído por ella fuese lo más ridículo sería el mejor tramo de la serie.
No obstante, por más que los terceros sean bastante horribles como personajes, permiten el avance de la pareja protagonista con resoluciones a cada arco bastante satisfactorias en líneas generales.
Además de todos estos extras hay una historia independiente, Un amor que algún día será un recuerdo (tomo #3), que trata un amor no correspondido entre una estudiante a punto de graduarse de bachillerato y un profesor. Como todas estas historias es un enorme cliché pero al menos es mona y que se sitúe al final de la etapa de estudiante de ella la hace menos polémica.
Por ir concluyendo ya, puedo decir que no me arrepiento de la compra de esta serie. Es cierto que está plagada de clichés y elementos más que dudosos pero la pareja protagonista y su relación me han gustado bastante. No puedo recomendarla porque no es una buena serie realmente y tal vez si me ha convencido es porque iba con las expectativas muy bajas. Sea como sea, no es el horror que me esperaba y me ha dado un buen rato de aún con sus defectos y problemas.