Café Irlandés

Por Las Mil Y Una Cayenas @milyunacayenas

El martes de la semana que vienes es San Patricio, patrón de Irlanda, así que nada mejor para celebrarlo que un auténtico café irlandés. Y cuando digo auténtico, es AUTÉNTICO!! 
Pensaréis que no será para tanto, que ya lo habéis hecho antes, que lo habéis probado en algún bar o cafetería...pues va a ser que no, que ninguna de las aberraciones que podéis encontrar en un bar se asemeja al auténtico, amenos que no haya sido en uno de Irlanda claro, entonces os perdono.
Como en todo, en cocina están los que no saben ni pelar papas (pero aprenderán), los normales (que todo les viene bien), los sibaritas (que casi nada les viene bien), los puristas (que van contando los gramos, el tiempo y el orden de mezcla y cocinado al milímetro) y los porculeros...yo mismamente. Aunque aún noto cierto escepticismo, si os animáis a probarlo lo mismo os pasáis a mi grupo de porculeros: si vas a hacer algo, hazlo bien, infórmate de los orígenes, estúdialos, practícalos, pruébalos, repruébalos, saca tus propias conclusiones...y si aparece un purista con su libro de leyes 'pam pa Francia' en cuanto abra la boca!!!

Primero entraremos un poco en materia...prometo ser breve que siempre me paso jajajja. En la universidad teníamos clases de Irlandés y la profesora era la preferida de todos con diferencia, tanto que casi siempre es la escogida para dar la charla de graduación...y es que con ella aprendías sin darte cuenta, no sólo el idioma sino también la cultura, era súper divertido. 
San Patricio se celebra cada año el 17 de Marzo, y aunque en un principio era sólo una celebración nacional, con los emigrantes a América y los efectos de la imparable globalización, actualmente se celebra en todo el mundo y ahora es más una excusa para emborracharse que otra cosa. Ése día en clase, la fiesta era un despipote bestial...y por supuesto llevábamos café irlandés casero, pasteles, todos vestidos de verde y naranja, canciones tradicionales, concursos... el último año gané uno de los concursos con mi café y mi pastel, era un libro de leyendas tradicionales, 'Over Nine Waves', si os gustan las historias mitológicas os lo recomiendo porque está genial. 

San Patricio fue un misionero cristiano y se lo considera el introductor del catolicismo en Irlanda. De las muchas leyendas que hay, se dice que con un golpe de su bastón hizo que todas las serpientes huyeran despavoridas al mar y se ahogaran, por éso en Irlanda no hay ése tipo de reptiles. También es el artífices del símbolo más representativo de Irlanda, el trébol, y es que lo usó para explicar la santísima trinidad: el padre, el hijo, y el espíritu santo son una misma persona, igual que las tres hojas del trébol es una misma en realidad. Desde entonces el trébol pasó a ser símbolo de la iglesia y por consiguiente de todo el país, que en aquel entonces era católico e independiente de Inglaterra. 

Ya que tenemos el origen de la fiesta, ahora vamos al origen del cócktel, que se remonta a un invierno bastante duro de los años 40. Hubo un retraso en un vuelo por el mal tiempo y a un señor de la compañía se le ocurrió añadir whiskey al café para calentar a los pasajeros que esperaban. La mezcla tuvo tal éxito y se extendió tan rápido que al poco tiempo se empezó a comercializar embotellada para añadir directamente al café y la conocemos como Baileys...el café irlandés industrializado y preferido de muchos para la sobremesa.

Ingredientes (por ración aprox.):
  • 2 cucharaditas de azúcar moreno
  • 35-40ml de whiskey
  • 1 taza de café
  • Nata
  • Nuez moscada

Como amante del café, yo prefiero moler los granos en el momento de consumirlo para que mantenga todo el aroma, pero podéis usarlo ya molido evidentemente. También podéis usar descafeinado si lo preferís, al menos os concedo esa licencia, pero soluble no, never ever...a éso es un sacrilegio llamarlo café siquiera.

Es importante que la bebida esté MUY caliente, porque se atemperará después, así que es aconsejable que organicéis bien todo antes de empezar y que EVITÉIS los TRES ERRORES que TODOS COMETEN. Primero ponéis agua a hervir y ahora os explico los errores.
El error número 1, que aunque es el último ingrediente que se utiliza es el primero con el que se empieza: la nata. La nata debe ser fresca, no vale instantánea, ni en spray, ni chantilly, ni montada, ni helada, ni E.T. en bicicleta....Vertemos la nata fresca en un recipiente adecuado y con ayuda de unas varillas la vamos a batir, pero batir... no montar, éso quiere decir que se quedará a medio camino. No se añade azúcar ni aromatizante, sólo la crema fresca, podéis hacerlo a mano o con batidora eléctrica, pero por favor, dejadlo a medio camino, debe quedar una textura muy cremosa, similar a una papilla de bebé o a unas natillas, es esencial para no provocar el error 3.


El error número 2 y que es infinitamente peor que el 1: el whiskey. Muchos ni siquiera habrán notado que escribo whiskey en vez de whisky...pues una 'e' lo hace todo y es que lo que aparece en la etiqueta cambia el contenido. El whiskey es irlandés y el whisky escocés, la forma de prepararlo es completamente diferente y por consiguiente el sabor también. En Irlanda, la cebada malteada se seca con aire caliente y el resultado de la fermentación se destila al menos tres veces, con lo que se consigue un licor muy suave de sabor, que no de graduación alcohólica. En Escocia sin embargo, se seca con humo de turba, con lo que el sabor final de la mezcla es bastante más intenso y da la sensación de tener más alcohol aunque no sea así...Es la aberración nº1 en los bares, miras la carta de cafés, encuentras el café irlandés, lees los ingredientes: café, whisky escocés (o símplemente whisky o el nombre de una marca directamente -que siempre es escocesa-) ...y ya paro de leer porque la nata montada va de cajón. Hay muchos que dicen que el café irlandés no les gusta porque sabe muy fuerte...bien, seguro que llevaba whisky escocés, misterio desvelado, de nada. 
¿Os acordáis que habíamos puesto agua a hervir? Pues como ya tenemos nuestra nata batida lista y nuestro whiskey irlandés esperando, ahora vamos a por los vasos. Lo normal es servirlos en copas cerveceras, pero sirve cualquier vaso o taza de cristal resistente al calor. Los míos son de cristal templado con la base gruesa especial para café, así se mantiene caliente hasta el último sorbo. Vamos a verter el agua hirviendo en los vasos que usaremos para calentarlos y mantenerlos así mientras preparamos el café.

Para el café podéis usar cualquier tipo de cafetera, lo ideal es conseguir un café medio, justo entre el expreso y el americano, lo que en Málaga llamamos un largo. Ya sabéis los de fuera que en Málaga pedir un café puede ser más complicado que aprender chino...así que os dejo un chivato de colores:

El solo malagueño equivaldría aproximadamente a un expreso, bastante oscuro y muy concentrado de sabor. El americano es un café aguachirri y el color sería similar al semi-largo. Si tu cafetera es de goteo, el café normalmente siempre será del tipo americano. Lo ideal es conseguir el color intermedio, tendrá el sabor perfecto para nuestro cócktel.
Y llegó la hora: vaciamos el agua caliente con cuidado de no quemarnos y ponemos un par de cucharadas de azúcar moreno en cada vaso, puedes usar cualquier otra azúcar o edulcorante, pero también influye en el sabor final. Luego el whiskey, un buen chorro directamente al vaso: no se calienta aparte, el vaso ya quema, no se flamea, no nada. La costumbre de flamearlo viene de los que lo tomaban con whisky escocés para que no resultara tan fuerte, cuánto trabajo y cejas quemadas se hubieran ahorrado si hubieran usado el whiskey correcto...
Después el café y se mueve para que se derrita el azúcar. Sí, se mueve...hay mucho listo suelto que aún piensa que debe distinguirse cada ingrediente, pero así no es la receta original, éso es algo que sólo ocurre en España (que no en el resto de países): si se vierte el café con la suficiente paciencia pero rapidez, al estar el whiskey caliente, la densidad es diferente y no se mezclan, quedando perfectamente distinguidas el azúcar al fondo, el dedito de whiskey y el café encima...seguro que hay doscientos mil vídeos en Youtube al respecto y que encima hasta usan whisky escocés...yo propongo mandarlos a colonizar Marte, total...a alguien hay que mandar. Si queréis hacerlo allá vosotros, pero éso os haría cometer el error número 3. 

Una vez mezclados el azúcar, el whiskey y el café, vertemos con cuidado la nata batida, que estará de temperatura ambiente a más bien fría, por éso es MUY importante que el resto de la mezcla esté bastante caliente. Espolvoreamos un poco de nuez moscada por encima y está terminado.
Para tomarlo, hay que ir bebiendo el café a través de la capa de nata batida: al pasar la bebida caliente por la capa fría conseguimos la temperatura perfecta para beber, un sorbo dulce y aromático que acaba con el sabor más neutro y cremoso de la nata cada vez...un auténtico placer para los amantes del café sin lugar a dudas. Si no os atenéis a la receta original y preferís dejar las capas, una vez servida la nata, tendréis que moverlo para diluir el azúcar, por lo que la mayoría de la nata se mezclará y ya tenemos nuestro error número 3, que arruina completamente la experiencia. Si se pusiera la nata líquida directamente se mezclaría como la leche; si se pusiera montada completamente el café no pasaría a través, se desplazaría en conjunto al intentar beber; si se usara en spray, con el calor se derrite y se mezcla también con el café...no cometer el error 1 y conseguir la textura cremosa es esencial para tampoco cometer el 3.

¿Dispuestos a asumir el reto? ¡Al que lo consiga le espera un leprechaun al otro lado del arcoiris! Después de un par de cafés habláis gaélico seguro y será fácil camelarse al duende para que os de su olla de oro jajajja. 

¿Quieres aprender a hacer los pastelitos de luna vietnamitas con los que hemos acompañado nuestro café? ¿los crujientes marroquíes de almendra y azahar? ¿nuestras tartaletas de eggnog y merengada con fresas? ¿pestiños y borrachuelos malagueños? No te pierdas nuestras próximas entradas o pídenos la receta que lleves tiempo queriendo aprender.
Feliz San Patricio y nos vemos la próxima semana.