Años después viviendo en Londres, conocí a un barman estupendo llamado George, que preparaba los mejores cócteles y bebidas del mundo. Él fue quien me enseñó realmente a preparar el tradicional café irlandés y aprovecho que estamos a 17 de Marzo (St. Patrick´s day) para enseñaros la receta.
Me gusta que todo el mundo tenga la misma oportunidad con las recetas de mi cocina mágica, por eso al final del artículo os cuento varias versiones de esta deliciosa bebida para los que no toméis alcohol o no queráis un café puro, sino una versión light.
Ante de daros los trucos y la receta os tengo que contar la historia de esta encantadora bebida irlandesa. El café irlandés o Irish coffee nació curiosamente en el aeropuerto de Shannon (Irlanda) en el frío invierno del año 1943 durante el retraso de un vuelo; Joe Sheridan, un jefe de cocina de Foynes decidió consolar a los enojados pasajeros por los acontecimientos añadiendo un chorrito de whisky al café que estaban tomando. Al darse cuenta uno de ellos de lo que estaba haciendo el chef, preguntó si se trataba de un café brasileño, a lo que este respondió: no, es un café irlandés!!
No pasó mucho tiempo antes de que el escritor estadounidense Stanton Delaplane en un viaje de paso por el aeropuerto de Shannon probase esta bebida y fue tal su asombro que decidió dedicarle una columna en el diario de su viaje a dicho país y se llevó la versión a la ciudad de San Francisco donde la expuso en la conocida cafetería Buena Vista, vendiéndose muchísimo.
Hay quien piensa que esta bebida fue inspirada por la industria Gilbeys de Irlanda en el año 1974 versionando la crema de whisky Baileys también conocida como "café irlandés industrial", pero no tiene nada que ver!
Ingredientes:
Café de buena calidad
Azúcar moreno (según el gusto)
1 copita de whisky irlandés
Nata para montar mínimo 35% m.g.
Nuez moscada molida, para espolvorear
Elaboración:
Primero tendremos que preparar el café en una cafetera italiana, de goteo o esas modernas comerciales que hay en el mercado, según la que tengáis en casa. Yo tengo la clásica italiana porque no me llevo bien con las jarras de cristal de las cafeteras de goteo, jejejeje. Han pasado por mis manos varias y todas han terminado rotas! upss
Una vez tengamos el café listo, hay que endulzarlo al gusto con azúcar moreno y añadimos la copita de whisky al vaso donde vayamos a servir el café irlandés pero dejando margen en el borde para colocar la nata montada.
Ahora montamos la nata con la varilla de mano hasta que esté firme pero no demasiado, la echamos en una manga pastelera y verterla por encima del café templado. Justo antes de servir, espolvoreáis con un pellizco de nuez moscada molida y a disfrutar del tradicional café irlandés en el día mágico de San Patricio. Cheers!!
Sugerencias: Os doy unos cuantos consejos para que todo el mundo pueda disfrutar de su café en este día tan especial y divertido, tomad lápiz y papel y apuntar esto:
- Se puede sustituir el café normal por café descafeinado por si no os gusta ese empuje de cafeína.
- Si no tomáis nada de alcohol no es necesario al 100% añadir whisky al café, aunque si sería una versión muy diferente. Si algún irlandés lee esto seguro que se enfada, por cambiar la receta! :)
- Ok, no queréis saliros de la receta y os apetece añadir whisky, pero no bebéis alcohol?? No problem! Verted en un cazo el whisky con el azúcar a fuego medio durante unos minutos hasta que casi se convierta en almíbar ligero, y luego se añade al café siguiendo la receta. El calor evaporará el alcohol del whisky y solo quedará la deliciosa esencia. ¿Qué os parece?
- Por si alguien se pregunta, ehhh ¿Y por qué no endulzas la nata montada? Porque quiero equilibrar el dulzor del café azucarado.
Espero que os animéis a preparar este delicioso café irlandés, que aunque no es para tomarlo a diario, si podéis daros un capricho este día!
- Y por favor no se os ocurra utilizar nata en spray, montarla vosotros mismos que no se tarda nada y la calidad es mucho mejor.
Consejos: No tiene mucho misterio la elaboración del café irlandés, pero si debéis tener presente que el café tiene que ser fuerte.
Cuando se vierte la crema por encima no agitarla, pues la gracia está en ir tomándolo suavemente y disfrutar del contraste de sabores y aromas. La nata tampoco la batáis demasiado, simplemente hasta que monte ligeramente firme.
La preparación del Irish coffee para mí es tan emocionante que cada vez que lo hago en casa me siento como un niño pequeño viendo un espectáculo de magia. Genial!!