Con un café calentito en la mano, te cuento que ayer estuve con una amiga que hacía tiempo que no veía, y al hablar de cómo estábamos, me dijo algo así como que por las RRSS se veía que todo me iba fenomenal.
Es curioso que me dijo eso ayer, que acabé la tarde regañando a mi hija mayor, que por n-ésima vez me decía que "no" a algo y tratando de gestionar una pataleta de la pequeña, que estaba enfadada vete a saber por qué... Todo esto aderezado con que estoy más agobiada en el trabajo y que tengo la sensación de que estoy desatendiendo aspectos importantes de mi vida. Así que hubo un momento ayer que casi chillo "Estoy hasta las narices" (confieso que casi chillo otra cosa, pero no me gusta escribir palabrotas ni expresiones mal sonantes).
No creo que nadie piense que la vida de alguien que publica fotos en Instagram o escribe en un blog, se ciñe únicamente a lo que reflejan esas publicaciones, pero el comentario de mi amiga me ha hecho reflexionar.... Tengo una vida normal, y me encanta. Tengo días buenos y otros que no lo son tanto. Me enfado, chillo, lloro, río. Hay días que siento que no puedo más y días que me comería el mundo. Pero reconozco que me esfuerzo por fijarme en lo bueno de cada día. y que procuro aprender de las cosas que me pasan.... Ayer fue un día 'completito', pero hoy tengo la oportunidad de escribir uno nuevo.....
Carmen, lo siento, sé que en nuestros esfuerzos de ser unas chicas organizadas, hoy teníamos pensado hablar de otra cosa, pero es que si nos estuviéramos un café, es esto lo que te hubiese contado.