Hay libros que pasan a formar parte de nuestra vida y libros que no llegan a ser más que una simple anécdota. Con todos mis respetos, para mí este libro pertenece al segundo grupo.
No me ha entusiasmado que digamos, ni siquiera entrando en su juego de admitir que todo es un simple juego, se trata de coger la Historia y reconstruirla convirtiendo a Dios en un ser muy malo y a Caín en un ser que tenía sus razones.
No soy creyente, por lo que por ese lado para mí este libro no es una ofensa. Aunque tal vez sea una ofensa si a lo largo de los decenios este libro se convierte en referencia de la obra que firmó el señor Saramago. Creo que no se lo merece.
En fin, desterrarlo de mi cabeza estará complicado. Con personajes tan históricos es casi imposible olvidar el anecdotario que compone este libro, pero se me ocurren otras opciones para disfrutar del genio portugués, y seguramente a vosotros también.
Traducción: Pilar del Río