Se trata de una receta de aprovechamiento, ya que los vamos a preparar con las sobras de un bizcocho, unas magdalenas o incluso sobaos que tengamos por casa y en muy poco tiempo tenemos un postres increíble.
En una picadora, yo usé la thermomix, ponemos el bizcocho y pulverizamos durante unos segundos.
A continuación le añadimos el azúcar glas y el queso crema. Mezclamos todo bien hasta conseguir una masa homogénea que no se pega a las manos.
Una vez tenemos los tres ingredientes mezclados, vamos a ir cogiendo pequeñas porciones de masa y con las manos vamos haciendo bolitas. Es recomendable que éstas no sean muy grandes, así el bocado será más fino.
Una vez las tengamos preparadas, las llevamos al congelador durante 15 o 20 minutos.
A continuación vamos a derretir el chocolate. Podemos hacerlos en el microondas, calentando cada 30 segundos y removiendo para evitar que se queme o bien al baño María.
En cuanto al chocolate podemos usar el que más nos guste. En esta ocasión usé chocolate negro, pero podéis usar chocolate con leche, chocolate blanco e incluso darle un toque de color, colorando el chocolate blanco y consiguiendo bolitas de todos los colores.
Con la ayuda de dos cucharillas las envolvemos en el chocolate y los vamos colocando en un plato con papel de hornear para que luego se despeguen con más facilidad.
Ya sólo queda decorarlas con fideos de colores o de chocolate. Os aconsejo hacerlo nada más recubrirlas de chocolate para que los fideos se queden pegados.
Los llevamos a la nevera y listos para servir.
El resultado es una capa crujiente de chocolate por fuera y una bocado super tierno en su interior. Además al utilizar un bizcocho de zanahorias la combinación con el queso crema es fantástica.
¿Os animáis a probar?