Cake tropical de mango con glaseado de fruta de la pasión

Por Ana @cookthecakes

Hacía ya mucho tiempo que andaba detrás de preparar alguna receta con fruta de la pasión o maracuyá. No en todas las fruterías tienen esta fruta tropical originaria de Centroamérica y Sudamérica, así que, cuando me trajeron una bolsa llena de ellas, me puse manos a la obra y empecé a pensar qué postre prepararía.
Me sorprendió ver como cada una de las maracuyás estaba precintada individualmente con papel film transparente, algo así como si fuera un envase al vacío. Imagino que de esta manera se conservarán más tiempo intactas y el proceso de maduración se ralentizará evitando así que se estropeen antes de tiempo.

Me alegro mucho que estuvieran así embaladas porque tenía más de una docena y para la receta de hoy, sólo necesité tres o cuatro frutas. Por lo tanto me sobraron unas cuantas que empleé para preparar alguna otra receta que ya os iré enseñando.
La fruta de la pasión es una baya más o menos redonda con una piel bastante gruesa y que no se come y con una pulpa más bien amarillenta en su interior y con numerosas semillas. El sabor es muy parecido al sabor de los cítricos.

La primera vez que probé la fruta de la pasión fue este pasado verano con mi amiga Mariana. Me llevó a una heladería y me recomendó que probara el helado de maracuyá. No imaginaba de ninguna de las maneras el sabor que tendría y no sólo me encantó, sino que además me sorprendió porque no esperaba que el sabor fuera así de ácido, parecido al de los limones que tanto me gustan.

Seguramente, ya antes, en alguno de los países sudamericanos donde he estado de vacaciones, habré probado la fruta de la pasión en algún zumo, alguna macedonia, porque en estos países, una de las cosas que más me gusta es probar todas esas frutas que en España no tenemos y que allí crecen en abundancia.

Para la ocasión he decidido hornear un bizcocho de mango que también es otra fruta tropical cuyo sabor me gusta mucho y preparar un glaseado con fruta de la pasión. En el glaseado he dejado las semillas de la fruta, porque me parecía que quedaba más vistoso a la hora de adornar el bizcocho, pero podéis sacar la pulpa de la maracuyá y pasarla por un colador para así eliminar las semillas.
Éste es un bizcocho contundente y húmedo, con una miga poco suelta, que me recuerda un poco a la textura de la quesada, compacta pero suave. El sabor que el puré de mango le aportado, es un sabor intenso. Si os gustan los bizcochos de frutas, no dejéis de probarlo.

Ingredientes

Para el bizcocho
  • 170 gr. de mantequilla
  • 200 gr. azúcar glacé
  • 3 huevos grandes
  • ½ cucharadita de extracto de vainilla
  • 275 gr. de harina de repostería
  • 2 cucharaditas de levadura
  • Una pizca de sal
  • 1 taza de puré de mango

Para el glaseado
  • 3 frutas de la pasión
  • 55 gr. de azúcar glacé, tamizada

Elaboración
Precalentamos el horno a 160º C y engrasamos un molde con mantequilla (yo en este caso utilicé uno de silicona).
Tamizamos la harina, con la levadura y la sal. Reservamos.
Ponemos el azúcar y la mantequilla en el cuenco de la batidora y batimos hasta que la mezcla sea suave y esponjosa a velocidad media-alta alrededor de 2 minutos.
Añadimos los huevos y la vainilla y seguimos batiendo un minuto más.
A continuación incorporamos la harina y mezclamos bien. Por último añadimos el puré de mango y mezclamos hasta que esté perfectamente incorporado.
Vertemos la mezcla en el molde y horneamos de 65 a 70 minutos o hasta que insertando un palillo en el centro, éste salga limpio.
Dejamos enfriar en el molde al menos una hora antes de pasarlo a una rejilla y dejar que se enfríe por completo.

Para hacer el glaseado cortamos las frutas de la pasión por la mitad y vaciamos su interior en un bol. Añadimos el azúcar glacé tamizada y mezclamos bien.
Con una cuchara extendemos el glaseado por encima del bizcocho justo antes de servirlo.

Estaría bien sustituir el mango por alguna otra fruta tropical tipo papaya, piña, physalis, etc., este último también con sabor ácido como la maracuyá.

Me encanta el sabor de este glaseado, no demasiado dulce, contrarrestado con la acidez de la maracuyá. Os animo a que probéis esta fruta si no la conocéis porque si como a mi, os gustan los sabores cítricos, estoy segura que os va a encantar.