Cala Millor: nuestras vacaciones veraniegas

Por Negraflor @NegraFlor_Blog

En el post de hoy, lo único que quiero es enseñaros un trocito de lo que han sido nuestras vacaciones en Cala Millor, Mallorca. Después de la boda de día a la que asistí el pasado 16 de agosto, y de la que volví el sábado por la mañana temprano, nos quedó todo el sábado para preparar maletas (sí, todo siempre a última hora), porque por la noche salíamos en barco hacia Mallorca, porque decidimos que, ya que alquilábamos un apartamento, preferíamos llevar nuestro propio coche, y así podíamos cargar lo que necesitásemos para esos días.

La ida en barco estuvo bien; al ser de noche, pasamos gran parte del viaje durmiendo, y nos despertamos cuando ya amanecía, vimos salir el sol desde el barco, aprovechamos para hacer algunas fotos a las niñas por el barco (con esas ansias de exploradoras propias de quien descubre algo por primera vez), y al cabo de un par de horitas desembarcábamos en Port d’Alcúdia, destino a Cala Millor.

Estuvimos en un apartamento bien cerquita de la playa (poco más de cien metros) y, pese a ser una zona muy turística, se trataba de turismo familiar, así que por las noches apenas había bullicio, y eso que nuestro apartamento daba a una plaza en la que había dos bares.

Hemos hecho mucho de guiris, o sea de turistas de manual. Fuimos a visitar las cuevas de Porto Cristo (pensando que íbamos a las Coves del Drach -cosas que pasan-). A las niñas les gustaron, aunque, bueno, se les hizo un poco pesado. Àfrica Uri me dijo que le había gustado mucho la excursión porque había sido interesante, pero que “a veces, las cosas interesantes resultan aburridas, mamá”. Ahá.

Otro de los días estuvimos viendo la puesta de sol desde Son Serra de Marina, adonde fuimos a visitar a unos amigos. Estuvimos tomando unos refrescos en el bar del puerto deportivo -sentandos al lado de María Patiño-, y pasamos la tarde charlando mientras los peques jugaban y corrían a su antojo.

Combinábamos días de pasar el día fuera de Cala Millor, con días de tranquilidad en el apartamento por la mañana, y playa por la tarde.

Uno de los días estuvimos haciendo El Guiri a base de bien, alquilando un coche a pedales, para pasear por el paseo marítimo de Cala Millor. Fue una tarde muy divertida, de hacer un poquito de ejercicio, de hacernos fotos divertidas, dar de comer a los pececitos… ¡nos cundió mucho!

También aprovechamos otra de las tardes para pasarlas en Palma, con algunos amigos, y cenar con una pareja, David y Diana a los que hacía mucho tiempo que no veíamos, ya que llevan tres años viviendo allí, en Palma. Aprovechamos para quedar con ellos y cenar en El Perro Lechero, una cafetería de nombre singular, donde hacen unos bocadillos y unas hamburguesas riquísimos.

La noche antes de volver la pasamos con más amigos, cenando también en Palma, esta vez en el Bar Mavi, otro bar de los “de toda la vida” que también tiene unos bocadillos y unas tapas espectaculares porque sí.

Y estas fueron nuestras vacaciones en Cala Millor, y en Mallorca. Se nos pasaron muy rápido y, cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos volviendo en el barco, esta vez de día, lo que permitió a Àfrica Uri y Enoâ participar en algunas actividades y conocer a otros niños y niñas.

Resumiendo, han sido unos días de descanso y desconexión -que buena falta me hacían- y de pasar tiempo en familia. Ahora que ya hace casi un mes que terminaron, me apetecía recordar y que vierais lo que fueron.

Y vosotros ¿recordáis con añoranza vuestras vacaciones?

El tema del vídeo es Venus, de Jahzzar, usado bajo licencia Creative Commons.