Parece mentira pero ¡este es nuestro tercer Halloween pasándolo pipa! y sí, traemos manualidad. Desde verano no pasaba por aquí, así que las telarañas del blog no las quito, que quedan muy apañadas para estas fechas.
Como casi todo lo que hacemos aquí, esta actividad ha sido fruto de la improvisación. Aprovechando que Ana tenía extraescolar y que LittleD y yo teníamos un par de horas para nosotros, practicamos un poco de estampación con patata.
Ya veis que se necesita poca cosa: una patata, un cuchillo, pincel (opcional), temperas, una bandeja para mezclar colores y papel.
Mientras Dani merendaba preparé la patata. La corté por la mitad, de tal forma que obtuve dos óvalos: uno para la forma de la calabaza y otro para "tallar" la forma de la boca y un triángulo para los ojos.
Como la patata está húmeda la dejé un rato en papel de cocina, para que no aguase la tempera. Mientras tanto puse los colores de tempera en la bandeja para que Dani los mezclase.
Y bueno... tengo que decir que estoy acostumbrada a trabajar con Ana y no recordaba lo que era hacer este tipo de cosas con un niño de dos años y medio. Mi chico se emocionó, se lió a estampar a su aire, pintaba la patata y aporreaba el papel a la voz de ¡otoooño, otoooño!. Fue muy divertido.
Aquí le tenéis, orgulloso... observando su obra del ¡otoooño, otoooño! y, si, en la mano tiene la marca de los piños de algún caminante de la escuela.
Después de dejarle un rato a su aire conseguí domar a la fiera y logramos estampar juntos unas cuantas calabazas (vamos que le sujeté la mano y le decía ¡aprieta fuerte!).
Para completarlas le pasé unas ceras de color verde con la intención de que dibujase los rabitos y, bueno, así fue como quedó ¡a mi me encantan!
Así acabaron nuestras manos. Por eso os pongo al principio que el pincel es opcional, al principio lo utilizamos pero al cabo de un rato ya no tenía sentido.
Ana llegó de su extraescolar y vio los restos de la estampación así que a la mañana siguiente volvimos a montar el tinglado. Ana ya es más autónoma y, aunque he sido yo quien ha recortado las piezas de patata, ella ha hecho el resto del trabajo. ¡Queda genial!
Como escribió Happy Halloween al lado de un par de las calabazas lo recorté a modo de tarjetón. Es muy buena idea para utilizarlo como invitaciones para una fiesta de Halloween ¿verdad?.
Aprovechad estos días de puente y haced esta manualidad con niños. Es muy fácil y se pasa un rato muy diver (con un punto de tensión por aquello de que no manchen más de lo necesario). Además, cuanto más imperfectas más auténticas.
Y quiero terminar este post con la calabaza más guapa de la mañana. Me encanta cuando Ana improvisa y se sale de lo establecido (a mi no se me habría pasado por la cabeza haber dibujado este tocado de corazones tan femenino). En esta ocasión la he recortado y la guardo en nuestro Project Life junto con las fotos de mis niños disfrazados.
See you later alligator!