Como sencillo de hacer lo es un rato, pero hay ciertos truquillos que son imprescindibles para un buen resultado. No sé quién me contaba hace años que si el calamar es muy fresco no se presta a cocinarlo de esta manera, al menos tiene que tener dos días fuera del agua (del mar, se entiende) porque si no sale duro y suelta mucha agua al asarse. Yo, no entiendo mucho de "las edades de los calamares", eso se lo dejo a los expertos... y encima el calamar no se deja preguntar, jajaja. Me basta con fiarme de mi vista y mi olfato ¿veis? ya no llego hasta si tiene uno, dos o tres días. Tampoco hay que dar mucho crédito a este consejo, lo que tengo claro es que siempre que los he hecho de esta manera, unas cuantas veces, no siempre iba a atinar con la edad... pues siempre me quedaron bien. Os dejo mis calamares.
Ingredientes:
- Calamares no demasiado grandes.- Ajos.- Perejil.- Zumo de limón (opcional)- Aceite de oliva.- Sal- Pimienta negra molida (opcional)
Elaboración:
Empezamos limpiando bien los calamares, os dejo un enlace a mis calamares rellenos en dónde explico la manera de hacerlo.
Una vez limpios de pieles y vísceras, extraemos el pico también. Los lavamos perfectamente y los secamos con papel de cocina, deben quedar bien secos.
Preparamos una salsa con aceite de oliva, sal, algunos ajos y bastante perejil. Los mezclamos con la batidora.
Servimos enseguida napados con la salsa o con salsera aparte.