A 32 kilómetros de Soria capital, con apenas 70 habitantes, os acercamos a un lugar que se vislumbra desde la carretera con una panorámica preciosa. Asentado en un cerro, en la cumbre los restos de un castillo y a los pies el Río Milano, asi Calatañazor aparece en escena.
La Historia y las leyendas caminan de la mano, se entrelazan para que con el paso del tiempo muchas veces no se sepa diferenciar la una de la otra, y la leyenda gane la batalla queriéndose convertir en Historia.
Esto ocurre cuando se habla de la Batalla de Calatañazor (s.XI), donde se dice que Almanzor perdió el “atambor” (tambor, alegría). La Historia comienza el relato y lo finaliza la leyenda.
La biografía de Almanzor está llena de grandes conquistas, Barcelona, León… etc, La lucha contra los cristianos protagonizó su vida. De vuelta a casa, hacia el sur, tras su visita a San Millán de la Cogolla, mayor, cansado y enfermo, pasó por Calatañazor, dónde "se dice” que se dio lugar una dura y violenta batalla en el valle que reposa a los pies de la localidad, de la que Almanzor salió, si no muerto, malherido, dándosele sepultura a unos kilómetros de allí, en la villa de Medinaceli. Pero la Historia en cambio señala que tal batalla no existió, y de existir fue insignificante. Que la enfermedad y la edad son las que acabaron con su vida, y esta falsa victoria sirvió para dar ánimo a los cristianos y vengar las huellas de Almanzor.
Sea como fuere que ocurrieran los hechos reales, desde lo alto del cerro en el que se asienta lo que queda del castillo, las vistas son casi infinitas, ese valle propio de las tierras de Castilla fue bautizado como el Valle de la sangre, lo cual dota de mayor realismo esa cruenta batalla de la que se hablaba, a pesar de que su nombre podría estar relacionado con las tonalidades de las que se visten sus tierras y río con la caída del sol..
La historia del Castillo es larga. Su origen es árabe, durante largas temporadas fue escenario de encuentros entre “Moros y Cristianos". Después de esta etapa, el castillo pasa por manos de diferentes monarcas, uno de los más conocidos popularmente fue Alfonso X el Sabio. En el s. XIV sufrió una restauración y luego fue pasando por diferentes familias, las más trascendentes, la familia Padilla o los Duques de Medinaceli.
La localidad se compone de una calle principal en pendiente de la que nacen casas de adobe con travesaños de madera que forma soportales. Arquitectura típica de estilo medieval, que colorea el ambiente en tonos rojizos, ocres, propios de las tierras castellanas y que lleva hacia la parte más alta del pueblo donde se encuentra la plaza con el “rollo” de la justicia, el actual ayuntamiento y la zona del castillo. El paseo empedrado desemboca en unas vistas espectaculares, a un lado u otro, donde mires, los campos castellanos dibujan parcelas que se colorean en función de la temporada del año.
La iglesia parroquial , que destaca por su tamaño, es de origen románico, aunque posteriormente, en torno al s. XVI sufrió restauraciones. Llama la atención el rectángulo que se dibuja sobre la puerta de entrada, elemento propio de la arquitectura árabe, y que queda como símbolo de la presencia de esta cultura tiempos atrás.
Calatañazor fue declarado Conjunto Histórico Artístico en los años 60. Merece la pena recorrer sus calles, es un pueblo de poca extensión pero que aporta rincones muy pintorescos (Orson Welles lo eligió para rodar algunas escenas de Campanadas de Medianoche). Resulta sorprenderte encontrarte con un espacio asi, que parece protegido pero al alcance de cualquiera.
La pasada Semana Santa hicimos una corta pero intensa escapada a la provincia de Soria. En ella, a parte del Cañón del Rio Lobos, Vinuesa, Burgo de Osma, y la Laguna Negra, disfrutamos de una parada en este lugar del que habíamos leído y aparecía en multitud de ocasiones dentro de las listas de pueblos pintorescos. Personalmente, os lo recomendamos.
Es un paseo pequeño pero lleno de imágenes y paisajes que uno no acostumbra a encontrar. Este año, que está muy cercano a su término, en cuestión de viajes nos ha aportado muchas satisfacciones, pero quizá uno de los grandes descubrimientos, sobre el que si lo reconocemos no teníamos tan altas las expectativas, ha sido la provincia de Soria, a la que esperamos volver pronto para dejarnos de nuevo impresionar.
Algo está cambiando, el turismo rural cada vez parece despertar más interés entre las personas, quizá el recuerdo de otros tiempos, la búsqueda de otra forma de vida, o simplemente la necesidad de desconectar drásticamente con el día a día. Independientemente de cuál sea vuestra motivación, si tenéis ganas de conocer un lugar distinto y peculiar Calatañazor es una oportunidad que os espera…
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