En la soriana comarca de las Tierras del Burgo, sobre el Valle de la Sangre, se encuentra la pequeña localidad de Calatañazor. Que sus reducidas dimensiones no nos engañen, porque la villa esconde uno de los trazados urbanos medievales mejor conservado y más bello de España.
La villa de Calatañazor, en Soria. Foto: Belén Valdehita
La historia de la villa sigue reflejada en sus calles. Aquí fue, en Calatañazor, donde “Almanzor perdió el tambor”. Esta frase hace mención a la gran batalla que tuvo lugar en la zona entre cristianos y moros a principios del siglo XI. Iban capitaneados por Almanzor, que vio como la cruenta refriega se saldaba con una clara derrota de los musulmanes.El trazado de Calatañazor
A la villa de Calatañazor se accede por una alargada y empinada calle jalonada de casas con entramado de madera y soportales. Llaman la atención los grandes portones de madera con antiguos herrajes, así como las curiosas chimeneas que hay sobre los tejados.
Detalle de las chimeneas de Calatañazor. Foto: Belén Valdehita
Al final de esta calle empedrada se encuentra la Plaza Mayor, el corazón de la localidad. Allí se hallan los resto del castillo, el Ayuntamiento y el "rollo" bajomedieval. Se trata de una columna de piedra que indicaba la categoría administrativa del lugar, además de servir de picota para los ajusticiamientos.
Todo este precioso conjunto, declarado Histórico Artístico, está rodeado por una muralla, desde la que se contemplan unas estupendas panorámicas del entorno natural de Calatañazor.
Castillo de Calatañazor. Foto: Belén Valdehita
El patrimonio de Calatañazor
El edificio más emblemático de Calatañazor es su castillo, del siglo XIV. Se encuentra en lo más alto de la villa, junto a las murallas medievales. Aunque en ruinas, conserva algunas de sus torres, como la del Homenaje, parcialmente restaurada. A la entrada al pueblo, en la carretera que lleva a Muriel, se encuentra la ermita románica de la Soledad. Muy cerca están las ruinas de San Juan Bautista, y ya en el interior de la villa se halla la iglesia parroquial de Santa María del Castillo, cuya construcción duró nada menos que cinco siglos, del XII al XVI.
Vista de Calatañazor, en Soria. Foto: Belén Valdehita
En Calatañazor también podremos ver una Necrópolismedieval del siglo X, muy cerca del castillo, y también podremos visitar la Ruina de Voluce, un asentamiento del siglo III a. C. que se cree fue el núcleo primigenio de Calatañazor.Calle de Calatañazor, en Soria. Foto: Belén Valdehita
No hay que abandonar Calatañazor sin hacer una visita al Museo Etnográfico, la mejor forma de conocer las antiguas costumbres y tradiciones del lugar.
El entorno natural de Calatañazor
Los parajes naturales que rodean Calatañazor aumentar el valor de la villa. El Valle de la Sangre, el río Milanos y el Sabinar, considerado el más antiguo de Europa, conforman un impresionante entorno. Desde el puente del río Milanos se puede seguir su curso por una calzada romana, que llega hasta las ruinas de Voluce. En esta zona podremos encontrar fósiles del Jurásico.
Valle de la Sangre, en Calatañazor. Foto: Belén Valdehita
A muy pocos kilómetros de Calatañazor se halla la Fuentona de Muriel, el bello y tranquilo paraje donde nace el río Abión. Otras bonitas excursiones que se pueden realizar desde Calatañazor son la de Laguna Negra o la del Parque Natural del Cañón de Río Lobos.Sabinar de Calatañazor. Foto: Belén Valdehita
Para terminar, algunas curiosidades sobre Calatañazor:- En sus calles se rodaron muchas de las escenas de la película “Campanadas a medianoche", de Orson Welles.
- Almanzor no sólo vio como perdía la batalla de Calatañazor, también perdió allí su amuleto, un tambor. En la reyerta resultó gravemente herido, muriendo dos días después en Medinaceli, donde está enterrado.
Detalle en vivienda de Calatañazor. Foto: Belén Valdehita
- Frente al castillo, cerca del rollo, se puede ver un fósil marino hallado en las cuevas que hay en el roquedal, conocido como Piedra del Abanico.
- El Ayuntamiento guarda un importante archivo de documentos históricos de Calatañazor.
- El poeta Gerardo Diego quedó encantando con Calatañazor. Le dedicó un poema a la villa, cuyas estrofas están grabadas en bronce en la base del monumento dedicado al Almanzor, situado en un pequeño parque del pueblo.
Monumento a Almanzor, en Calatañazor. Foto: Belén Valdehita