Revista Cultura y Ocio

¡Calcula la penitencia por tus pecados sexuales!

Publicado el 05 abril 2019 por Ad Absurdum @AdAbsurdumBlog
En Ad Absurdum siempre estamos por ayudar a nuestros seguidores. Nuestra labor no es meramente divulgativa, ahora también cumplimos una labor espiritual tratando de guiaros a vuestra salvación, y para ello hemos creado una tabla que puedes copiar y llevar siempre contigo, e incluso compartirla con otras personas, para saber qué debes hacer, según los teólogos medievales, cuando hayas llevado a cabo prácticas sexuales pecaminosas.¡Calcula la penitencia por tus pecados sexuales!Para la elaboración de la tabla nos hemos basado en los datos que recoge Tony Perrottet en su obra 2500 años de historia al desnudo (Martínez Roca, 2010), y aunque los datos que en ella aparecen están documentados por el historiador en base a distintos teólogos medievales, tiene un objetivo meramente humorístico.En la Edad Media existía la concepción, por parte de los teólogos, de que el sexo debía tener como único objetivo la procreación. Por tanto, consideraban pecado cualquier tipo de práctica destinada al placer sexual que impidiese la fecundación (sexo anal, masturbación, etc.), pero también aquellas prácticas que pudieran implicar fecundación pero que añadiesen algo de diversión a la práctica sexual (como las posturas que aparecen en la tabla).Y aunque realmente existían estas penitencias propuestas por religiosos de la época, lo cierto es que la cosa no es tan sencilla como aparece ahí reflejado. A lo largo de la Edad Media, las penas propuestas por estos estudiosos de la teología fueron evolucionando. De hecho, algunas como el sexo anal entre hombres se añadieron ya en el siglo XVI sin que se hubieran contemplado antes. Y además, no conseguían establecer un criterio común sobre la gravedad de la marcha atrás u otros puntos.Sin embargo, esta exposición de infracciones sexuales y penitencias nos permite extraer conclusiones interesantes para el estudio de la mentalidad religiosa medieval: las diferencias de penitencia según se fuera hombre o mujer, la ausencia de la mujer en algunos aspectos, y sobre todo esa diferencia entre el sexo con hombres y con niños... y es que quizá algunas cosas no hayan cambiado tanto en la Iglesia.

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