«Calderón esencial», de Pedro Calderón de la Barca

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

♦Introducción de Ignacio Amestoy♦

«La cisma de Inglaterra – El príncipe constante –  La dama duende – Casa con dos puertas mala es de guardar – La vida es sueño – El médico de su honra – El mágico prodigioso – El alcalde de Zalamea»


Pocos nombres han alcanzado la altura de Calderón de la Barca en la historia del teatro universal. Domina las técnicas más audaces del Siglo de Oro y, recogiendo el testigo del arte nuevo lopesco, lo trasciende por su fuerza dramática y su dominio del lenguaje, por su maestría para elaborar las tramas y crear caracteres profundamente humanos. Un repertorio que nos revela la versatilidad del dramaturgo para todo tipo de escenarios. A lo largo de la lectura lo veremos pasar de las comedias históricas a las de capa y espada, de reflexionar sobre una sociedad que asfixia al individuo en defensa de la honra o demostrar una asombrosa genialidad cómica en títulos como La dama duende y una hondura trágica sin par en La vida es sueño, la obra maestra de su creación artística.

Calderón es un hombre de su tiempo y su obra responde a unas coordenadas concretas. Nace con el siglo XVII y, a los pocos años, Madrid se impone frente a Valladolid como villa y corte. Una capital nueva cargada de expectativas que sirvió de base al teatro emergente que había tenido a Lope de Vega como principal embajador, tanto en los corrales como en el Alcázar. En Madrid se funda el Colegio Imperial regido por los jesuitas donde Calderón recibirá una sólida formación intelectual y realizará sus primeras composiciones dramáticas. Tras su paso por las universidades de Alcalá y Salamanca el joven Pedro vuelve a la capital para debutar como poeta dramático y poco a poco va estrechando su vinculación con el Alcázar.

LA CISMA DE INGLATERRA abre esta edición y nos revela al Calderón mas cortesano. Coincidiendo con la estancia del príncipe de Gales en Madrid, decide escribir sobre el matrimonio de Catalina de Aragón y Enrique VIII pocos años después de que Shakespeare estrenara su Enrique VIII en The Glove. Ignacio Amestoy hace un ejercicio de literatura comparada a lo largo del prólogo para mostrarnos cómo don Pedro imprime un final más teatral y se muestra respetuoso con la monarquía a pesar del despreciable comportamiento del rey con Catalina. No podemos olvidar que escribe para una España que lleva la bandera de la Cristiandad violentada por la Reforma.

EL PRÍNCIPE CONSTANTE se vertebrará sobre el tema del libre albedrío, uno de los pilares del teatro áureo tras el Concilio de Trento y valor defendido por los jesuitas frente a la predestinación protestante. Aquí es representado por el infante don Fernando de Portugal, prisionero del rey de Fez durante el sitio de Tánger, que estregará su vida para que los portugueses no tengan que ceder la ciudad de Ceuta.

Tras estas comedias de tema histórico, Calderón sitúa LA DAMA DUENDE en su propia contemporaneidad. Una obra de capa y espada sobre la viuda que se vuelve duende para romper la clausura impuesta por el mayorazgo de su hermano. Un habilidosísimo juego de ingenio que se volverá a hacer presente en la más exquisita de sus piezas: CASA DE DOS PUERTAS MALA ES DE GUARDAR. De nuevo el don Pedro más cortesano que maravilla al lector con la factura, casi matemática, de una trama en la que varias parejas de enamorados se ven encorsetadas por el protocolo y los celos. Calderón juega con los apartes e interrumpe las escenas en pleno clímax para dilatar la resolución de los muchos enredos, como si de un prestidigitador se tratase.

Ignacio Amestoy encabeza la selección de su Primera parte de las comedias con LA VIDA ES SUEÑO, tal vez su pieza favorita, estrenada en 1630. De nuevo el libre albedrío como hilo conductor para retratar el infortunio de Segismundo, un príncipe cautivo por su padre a causa de un horóscopo aciago. El paralelismo histórico con el distanciamiento entre Felipe II y el imprudente príncipe Carlos no pasará desapercibido a ningún espectador de la época, a pesar de que don Pedro traslada la acción a Polonia. Así nos veremos atrapados por un espectáculo de soberbios monólogos que llevan al protagonista de la desolación a la consolación y que Amestoy sitúa a la altura de algunos de Shakespeare.

El recurrente tema del amor y los celos se hará presente en EL MÉDICO DE SU HONRA, inspirada en una pieza original de Lope de Vega que Calderón desborda por su técnica dramatúrgica. Una trama sobre la venganza de honor en la castilla del siglo XV, a la que seguirá EL MÁGICO PRODIGIOSO como encargo para las fiestas del Corpus Christi. En ella se aborda la vida de Cipriano y Justina, ejecutados por su cristianismo en la Antioquía romana.

Por último, el tomo se cierra con EL ALCALDE DE ZALAMEA, paradigma de la comedia de comendador que se asienta sobre una obra anterior de Lope de Vega y eleva la figura de Pedro Crespo, villano que juzga y ejecuta al capitán que abusó de su hija y es refrendado por el rey. Una oportunidad para apreciar también el valor de lo cómico en el teatro calderoniano a través de sus donaires y graciosos como herencia lopesca.

Calderón muere en 1681 y hasta este mismo año nunca deja de escribir. Ha vivido lutos, guerras, cierres de teatros… y como legado más precioso nos deja una obra monumental que va más allá de las fronteras del teatro del Siglo de Oro para elevarse a las cimas de la literatura universal.

El autor.
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 17 de enero de 1600-25 de mayo de 1681) fue un escritor, dramaturgo y sacerdote español, miembro de la Venerable Congregación de Presbíteros Seculares Naturales de Madrid San Pedro Apóstol y caballero de la Orden de Santiago, conocido fundamentalmente por ser uno de los más insignes literatos barrocos del Siglo de Oro, en especial por su teatro.
Poeta cortesano y soldado, en 1651 se ordenó sacerdote. Su teatro, basado en el de Lope de Vega, introduce importantes modificaciones: suprime escenas innecesarias y reduce las secundarias; subordina los personajes a uno central; acentúa las ideas monárquicas y el tema del honor. La angustia barroca de la existencia, junto con los problemas teológicos, delinean los autos sacramentales, que requieren de gran aparato escénico y donde Calderón alcanzó su máximo lirismo. Su lenguaje es la culminación del culteranismo y su riqueza expresiva posee elementos del conceptismo intelectual, La vida es sueño (1635).

El libro:
Calderón esencial ha sido publicado por la Fundación José Antonio de Castro a través de la Biblioteca Castro. Introducción de Ignacio Amestoy. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta y tiene CX + 760 páginas.

Como complemento pongo un vídeo titulado Calderón de la Barca: vídeo introductorio realizado por Cervantesvirtual.


Para saber más:
Pedro Calderón de la barca en Cervantes Virtual.

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