Otra mañana se acerca
tan hermosa como todas,
tan irrepetible...
Y llama la mañana al cristal de mi ventana
con la aldaba de sus trinos, se me acerca
única y diluida en su caleidoscópico cifrado de emociones...
Y desde lo infinito nos mira el cielo,
tan alto y tan lejano como una fuente de luz,inmenso...
Aquí a mi lado amaneces tú,
accesible y cercano,tan sereno por fuera y por dentro,
tan oscuro y profundo como el pozo
que se abre en la honda base del mundo
y que quizá guarde fiel su secreto...
Sé que a la hora de la extinción nos mirará acabarnos con los ojos secos...
Y alumbrarán nuestras agónicas metas la bóveda de sus atardeceres, y puede que otra magnitud aún mayor que él mismo, le vea pasar por los pasillos fríos y vacíos, atemporales y tétricos del universo.
Quizá o quizá no, sólo estemos nosotros dos en este universo plagado de una multitud de seres irrelevantes en nuestro argumento rosado al anochecer, y violeta al besar el sol las alturas del cielo.