El problema radica en cómo ha influido el fanatismo –véase el fangirleo- y el comercialismo. Entiendo que en la sociedad en la que nos encontramos es inevitable pero… ¿Ya por eso vamos a considerar un libro como uno de calidad? ¿Acaso somos ovejas que siguen al rebaño? Yo no considero que tenga calidad hasta que no lo lea, lo sopese y luego le de forma a mi opinión.
Veamos, libros que hoy en día oigo que tienen calidad literaria:
- After
- Cincuenta sombras
- The Duff
- Fangirl
- Canciones para Paula (Sirve cualquiera de Blue Jeans en realidad)
- A tres metros sobre el cielo (Como el de arriba, cualquiera de Moccia)
Vamos a ver, que esto lo leen niñas de 13 años, ¿se para alguien a pensar la imagen que están recibiendo? Cada cual es libre de leer lo que quiere pero cómo vamos a catalogar After para un público juvenil con el machismo que transmite y la forma tan ordinaria de escribir, por dios, tengamos ya un límite en nuestro criterio. Por no hablar de lo MAL que tratan los problemas de hoy en día, ¿qué da morbo? Uy lo meto en mi libro pero no me documento. A mí me sienta fatal que los autores traten la depresión, la autolesión o la anorexia con ese poco respeto. Hablo con conocimiento de causa y lo dejaré ahí, en el aire. La depresión no es que tu novio te deje y te sientas que se te acabe el mundo, la autolesión no es un acto de rebeldía, la anorexia no es guay ni es lo más normal del mundo. Por favor, si eres un autor y vas a tratar estos temas documéntate porque podéis hacer daño. MUCHO daño. No sois conscientes de lo ‘bonito’ que pintáis esas enfermedades. ¿Queréis libros que traten esos temas y lo hagan con respeto, mostrando lo que realmente es? Pillad La soledad de los números primos y veréis cómo es realmente la anorexia. ¿Queréis descubrir cómo es la depresión? Píllate Tokio Blues, por ejemplo. ¿Fobia social? Una estrella en mi jardín y comprenderéis lo asqueroso que es.
Torcuato Luca para escribir Los renglones torcidos de Dios se ingresó en un psiquiátrico de forma voluntaria para poder conocer la realidad y luego hacer un libro de él. Eso es ser profesional.Y si queréis libros con calidad que realmente su forma de escribir es buena y transmiten unos valores o sobrecogen aquí tenéis:
- Harry Potter
- Percy Jackson
- La ladrona de libros
- Literatura jopnesa, el que más os guste
- La soledad de los números primos
- Blanca como la nieve, roja como la sangre
- Momo
- El juego de Ender
- Una estrella en mi jardín
“He escrito cuatro novelas completas: Volveremos al puente, Al otro lado del lago, Seré frágil y Filofobia. La primera la escribí con 14 años, pero llevo escribiendo desde mucho antes. Antes de estas novelas hubo otras que nunca terminé y miles de proyectos que no vieron la luz. Y muchos cuentos, muchos relatos, muchos diarios. Llevo desde entonces siguiendo los mismos pasos para escribir. Toda idea que se me ocurra, por inútil que parezca, la apunto en una libreta que tengo. Ya sean sólo diálogos, lugares, personajes o tramas enteras. Pongo por escrito todo lo que pasa por mi cabeza, y luego ya empiezo a atar cabos, a hacer listas, esquemas, ordenar eventos, crear más personajes y elaborar toda la novela.
Seré frágil es una novela que me salió sola, de dentro. Totalmente. Todo fue a raíz de lo que viví (como ocurre con todas las novelas que he escrito hasta ahora). Sufrí una horrible enfermedad hará ya más de dos años, anorexia nerviosa, de la que sigo recuperándome; y aprendí tanto por el camino que decidí plasmarlo en una novela. La gente está muy equivocada acerca de lo que es, incluso yo lo estaba antes de sufrirla. En la calle se oyen muchas cosas, pero pocas son ciertas. La gente la trata más como un «dieta rápida», «una etapa de la adolescencia», «una tontería», «un estilo de vida», que como una enfermedad mental. No entienden que no se elige, que no es fácil curarla, que la comida es sólo una pequeñísima parte de todo el problema, que la herida está muy adentro. Y escribí parte de mi vida en Seré frágil, esperando que quien la leyera se diera cuenta de lo que es realmente la enfermedad, de cómo afecta y desgasta a una persona, de cómo mata. Y esperando, también, abrir los ojos a los que estaban cerca de caer en ella. También me decidí a escribirlo a modo de «terapia». Un pequeño recuerdo de lo que viví aquellos meses, para recordarme que no tenía que volver allí. Al fin y al cabo, la nostalgia siempre te muestra las cosas más bonitas de lo que en verdad fueron. Con esa novela quise poner punto y final a la anorexia; cerrar literalmente ese capítulo de mi vida.
Para escribir siempre me inspiro en lo mismo: un sentimiento, una experiencia, una lección. A raíz de eso construyo todo lo demás. Pero no me gustaría que ninguna de mis novelas se quedara «vacía», que no aportara nada. Creo que es una de las mejores cosas que un escritor puede hacer con sus novelas: darles vida, hacer que transmitan. Y siempre he tenido un dilema con los escritores favoritos, porque leo un poco de todo y la única escritora de la que he leído muchos de sus libros fue Laura Gallego cuando era más pequeña. Pero, por ejemplo, la forma de narrar de Patrick Rothfuss me gusta bastante; Markus Zusak en «La ladrona de libros» también me encantó, y recientemente he encontrado a una escritora española, Victoria Álvarez, con un estilo precioso. Pero como ya he dicho sería incapaz de elegir un escritor favorito.
Con respecto a los escritores de hoy en día creo que hay una clara diferencia entre los pocos que trabajan sus novelas y sienten pasión por este mundo, como pueden ser Victoria Álvarez (el ejemplo que tengo más cercano) y aquellos que escriben para vender. Lamentablemente, los últimos son más conocidos, más ricos y cada vez más numerosos. Hoy en día publican antes una novela en la que se incluya sexo + amoríos adolescentes + trama de telenovela, que una cargada de documentación y buenas historias. Y ya si hablamos de escritores jóvenes y desconocidos, publicar es todavía más difícil. Pero, realmente, escritor es quien escribe, no quien publica. Así que estoy bastante contenta con los escritores de hoy en día. Aún existen personas que saben el esfuerzo y trabajo que supone una buena novela y que luchan por lograrla. Aún hay personas que escriben por gusto, por amor a las letras, sin ánimo de lucro. Y mientras siga así... Sólo queda enseñar a las generaciones que vendrán a diferenciar lo que es un buen libro y un buen escritor, de lo que no”.
¿Y vosotros? ¿Qué opináis de este tema? ¿Qué es para vosotros la calidad? ¿Estáis de acuerdo?