Disponible en españolEditorial Atlantic BooksEncuéntralo en GoodreadsLeído en inglésNivel: Avanzado
Este año fue el elegido para que esta historia se hiciera conocida por su adaptación al cine. Dirigida por el italiano Luca Guadagnino y protagonizada por Timothée Chalamet y Armie Hammer, ésta pequeña producción mereció varias nominaciones y finalmente ganó el Óscar al Mejor guión adaptado. Gracias a esta cinta fue —como muchos— que me enteré de la existencia de una novela.
Elio es un joven de diecisiete años, hijo de un profesor universitario, que pasa sus veranos con sus padres en una villa al lado del mar en Italia. Cada año sus padres reciben a un académico para ayudarle con sus libros e investigaciones y éste a cambio presta también colaboración intelectual. En 1983, a la casa soleada de B. llega Oliver, un joven profesor norteamericano de 24 años que está trabajando en un libro. En un primer momento, Elio observa con cuidadoso interés a Oliver, que parece no está nada interesado en trabar amistad con el hijo de su colega y desaparece casi todos los días dejando atrás un Later!, su seca despedida. Pero claro está, Elio estaba más equivocado de lo que creía.
Llámame por tu nombre es una historia de crecimiento, un coming of age marcado por el calor, la música, la literatura, las dudas y el amor. El libro sigue el verano de 1983 y muchos años después (se ha confirmado que André Aciman está escribiendo una segunda parte y además habrá una segunda película que seguirá la vida de los protagonistas) y desde un punto de vista más adulto, Elio rememora el verano en el que conoció a Oliver, los sentimientos a flor de piel que despertaron en él y las miles de dudas que crecieron en su interior cuando luego de pensarlo y repensarlo, se dio cuenta que le gustaba su huésped veraniego.
La novela está envuelta en un mar de sensaciones e imágenes, si bien la trama como tal no es lo más fuerte. Junto a Elio experimentamos en primera persona los sentimientos a flor de piel en el caluroso verano italiano de los años ochenta: su amor por la música y la literatura, sus momentos junto a jóvenes de su edad en medio del calor y el mar y cómo va descubriéndose a sí mismo y su sexualidad. En este torbellino emocional está como centro Oliver, ese joven inteligente y atractivo, que agrada a todos y que le intriga tanto, pero que no parece interesado en acercarse a él.
La historia está sumamente dotada de referencias e imágenes que aluden a las artes y hace a la historia una experiencia sensible. La narración no es del todo lineal, va y vuelve en ciertos momentos y construye un viaje emocional que vivimos junto a Elio y Oliver, que saben que las seis semanas de verano están contadas y que tarde o temprano terminará, el encanto desaparecerá y la vida y su ritmo volverá a cambiarlo todo... ¿pero si habrá cambiado algo?
Es una novela breve que se siente más larga de lo que es por su narración evocadora y llena de momentos que se sienten atemporales. Las seis semanas de verano se contraen y se expanden según el valor de los momentos y por eso vivimos con gran intensidad el romance de Elio y Oliver. Uno de los mejores momentos en ambos medios nos lo regala el padre de Elio, interpretado por un excepcional Michael Stuhlbarg y que es uno de los mejores momentos de la historia. Porque cuando eres joven te crees que todo es infinito, perfecto y duradero, pero la vida te enseña de la peor manera que tienes que sufrir, pero tienes de sentirlo porque es parte de lo que es vivir. Por terrible que parezca.
Esta historia está hecha para sentirla y creo que la película le hace bastante justicia y está bien adaptada y nos regala grandes momentos. Sin duda recomiendo su lectura y como siempre, no es fácil hacerle justicia en esta reseña. Me entusiasma y al mismo tiempo me aterra que tendremos segunda parte del libro y la historia seguirá también en el cine. Que el verano termina pero sabremos más de la historia de Elio y Oliver.