"Me duele tanto callarme la boca mordida...
Se me pudren las palabras dentro y me dan ganas de vomitar, se enquistan en el estómago como los rencores de la infancia, tan absurdos ahora, o no, tan tremendos, y me pesan en el cuello como piedras de suicida que me arrastran de cabeza al río de la muerte y me lastran la vida y me obligan a escurrirme casi por el suelo en busca de miembros besados, de dientes hambrientos de dulzura, de cuerpos trenzados de pasión, en busca del aliento de fuego al que los descontentos, los destemplados, los no vengados nos anudamos y nos desesperamos en una cópula loca de esperanza y esfuerzo"
Fuente: Y punto Mercedes Castro