El trabajo de Abrams, es sin lugar a dudas controvertido, es probable que muchos de sus éxitos no aprueben la prueba del paso del tiempo y, especialmente en el caso de la serie Perdidos, quede para la posteridad como un inconstante artesano de la pirotecnia.
A pesar de sus defectos, no se le puede negar a Abrams un genuino interés por el género fantástico. Un interés que se transparenta en decisiones como la de restaurar, en fecha reciente, la más bien olvidada película de culto Phantasm, dirigida a finales de los setenta por Don Coscarelli; o en patrocinar la película que nos ocupa.thriller psicológico de habitación cerradaHe caído en el carisma y en las argucias mercadotécnicas de Abrams, lo confieso, no he dejado de hablar de él en esta crónica, cuando no es más que uno de los muchos ingredientes que hacen apetecible Calle Cloverfield, 10. Es la ópera prima de Dan Trachtenberg, de quien el portal web Imdb nos ofrece un perfil muy escueto y bastante disperso. Como tarjeta de presentación, el realizador nos ofrece una puesta en escena sobria, con los sobresaltos oportunos, manejando la cámara sin alharacas y al servicio de un guión notable que se desmarca de la rutina volatinera a la que nos tiene acostumbrados Hollywood en los últimos años.No voy a entrar en los detalles de la historia, sería asesinar un suspense bien construido y hacerle un flaco favor al espectador. Sin embargo puedo contar que se trata de un thriller psicológico de habitación cerrada, que discretamente sabe escorarse hacia el fantástico, que sabe ser opresivo y denso, y que se ofrece como marco para un trío protagonista solvente en el que destaca un soberbio John Goodman encarnando a un turbulento redneck survivalista lleno de matices siniestros. En fin, Calle Cloverfield, 10 es un entretenimiento de calidad, servido con la pretensión de capturar al espectador, algo que desde luego consigue. Conviene entrar en la sala de cine olvidándose de quién es productor. Calle Cloverfield, 10 (10 Cloverfield Lane). Dan Trachtenberg. Paramount Pictures. (EEUU, 2016).Alberto Ávila Salazar