Estamos a finales de los 60, concretamente en la esquina de la Calle Pozo con Calle Relator, ¡la arteria del ventrículo izquierdo de cualquier macareno!. La fotografía bien pudiera reflejar una calle normal de cualquier pueblecito de nuestra provincia, pues eso era antes los barrios de Sevilla, pequeños pueblos donde los vecinos eran familias que seguían viviendo generación tras generación sin perder sus raíces.
Por desgracia, esta calle corrió la misma suerte que el resto de Sector macareno, pues la piqueta entro de lleno en ella destrozando lo que se iba encontrando por delante...
Hoy en día es una calle de paso con muy poca vida, donde ya no se ven vecinos en las esquinas, ni pequeños comercios de ultramarinos despachando...bares si, eso nunca falta en Sevilla...
Al paso que vamos, van a tener que llevar a los turistas con los ojos vendados hasta la Iglesia de San Luis, por que nos van a decir que tenemos los mejor del barroco en la Macarena, pero lo peor del contemporáneo por todos sus alrededores...
David Salvatierra Lorente