Calle Trinidad

Publicado el 18 junio 2017 por Alejandropumarino

La confitería la Marina, en la calle Trinidad, se encontraba, según decía mi padre, en la esquina más fría y ventosa de este Gijón del alma. No le faltaba razón al pobre hombre, que se fue a conocer a Dios bastante antes de tiempo, y especialmente porque me llevó a una antigua academia de idiomas que se encontraba justo en frente, y hubo muchos días en que acudía a buscarme al fin de las clases. El pie de la imagen recoge el año 1.967; es probable que sea así; recuerdo las latas de leche de entonces y también guardo memoria de que ya entonces, con siete años de edad, acudía a recibir lecciones de idiomas. Y es que uno no tuvo prácticamente, ni infancia.