La localidad alicantina, después de años apostando por el fomento de la lectura en la piscina, ha decidido eliminar la bibliopiscina. Se trataba de un pequeño rincón en la entrada del recinto, donde los usuarios encontraban libros infantiles, novelas, cuentos, etc. Además, en años anteriores también había mesas y sillas para que los más pequeños pintaran los personajes de sus dibujos preferidos, hicieran algunas manualides e incluso algún cuentacuentos.
La estantería que, años anteriores, recogía esos libros es ahora una especie de objetos perdidos en la que pocos ponen sus ojos. Cuando antes era un punto al que se acercaban decenas de personas a ojear libros, coger alguno para los ratos «a la bartola» bajo el sol. En definitiva, Callosa ha perdido un punto de acercamiento al mundo de los libros, de la lectura.
Hay un universo de pequeñas cosas. Detalles sutiles que dicen mucho de quienes los llevan a cabo. Y este es uno de ellos: eliminar un punto de lectura. El fomento de la lectura, en cualquier época del año y cualquier iniciativa debería se potenciado desde las instituciones. Así como denunciado su abandono.
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