Este año, el calor se ha hecho rogar. A menos de dos semanas del verano, empieza al fin la temperatura a subir en los termómetros para estar en consonancia con la estación. Tal atraso en un calor que nos obliga a desprendernos de las ropas pesadas y oscuras no es habitual en estas latitudes sureñas del país, en las que el calor predomina sobre todas las estaciones del año, acostumbrándonos a darle la bienvenida en plena primavera, tras las fiestas de Semana Santa y Feria. Pero este año, la primavera ha sido inusualmente arrasada por borrascas sucesivas que han dejado un rastro de frío, viento, lluvia e inundaciones interminable. Hasta hoy. Hoy ha hecho su aparición el ansiado, de momento, calor y ha iluminado nuestros rostros de alegría y color, al recordarnos que las vacaciones, las playas y las terrazas bulliciosas nos aguardan a la vuelta de la esquina. Luego el calor se prolongará más allá de lo que corresponde y lo maldeciremos. Pero eso es otra historia. Ahora toca agradecer que el calor se digne a reinar sobre estos días próximos al verano. ¡Ya era hora!