La decisión de no poner a una de las máximas promesas argentinas de entrada fue duramente cuestionada por la prensa. Sobre todo porque el conjunto albiceleste cayó 1 a 0 ante Estados Unidos. Jugó un flojísimo primer tiempo, cediendo la iniciativa al elenco norteamericano, y recién levantó el nivel en la segunda etapa, cuando Lionel Messi saltó al campo de juego, en reemplazo de Emiliano Armenteros. En el banco esperaba otra joven promesa: Sergio Kun Agüero.
En el debut, el equipo formó con: Oscar Ustari; Julio Barroso, Gustavo Cabral, Gabriel Paletta, Lautaro Formica; Pablo Zabaleta, Lucas Biglia, Fernando Gago, Emiliano Armenteros; Pablo Vitti y Gustavo Oberman.
Pero Ferraro pateó el tablero a tiempo y el combinado nacional enderezó el rumbo en el segundo encuentro ante Egipto. Messi le ganó la pulseada a Vitti y el Kun tuvo sus primeros minutos en cancha. La joven estrella del Barcelona debutó en la red y abrió el camino de la victoria por 2 a 0.
En semifinales fue el turno de Brasil. En un partido duro, trabado, donde prevalecieron las patadas y los pelotazos, los de camiseta celeste y blanca se clasificaron a la final gracias a dos apariciones del joven rosarino. Primero, con un golazo al ángulo. Luego, cuando el partido se iba al alargue, desbordó y mandó el centro atrás para que Pablo Zabaleta, con un agónico gol a los 93 minutos de juego, decretara la victoria.
Y el astro del Barça coronó un torneo impecable marcando los dos goles para que Argentina superara a Nigeria 2 a 1 en la final del mundial. Prodigio, fenómeno, heredero, sucesor de Maradona, adelantado a su época, diamante en bruto, joya, crack del futuro, eran algunos de los elogios que le propinaba la prensa mundial.