Camadas históricas: Una virtuosa generación ghanesa que no pudo dar el salto

Publicado el 04 septiembre 2012 por Marianofusco

Las selecciones de Ghana captaron todas las miradas del mundo futbolístico durante las competencias juveniles de la década del ’90, obteniendo dos títulos Sub 17 y subiéndose al podio en reiteradas ocasiones. Durante los primeros diez años de este siglo, los africanos recogieron los frutos de esa prometedora camada, pero no lograron dar el gran golpe en el fútbol mayor.

En 1990, la selección de Ghana era una más del montón. Un equipo sin demasiados pergaminos, que apenas podía contar entre sus logros un puñado de copas africanas. Pero, mientras reinaba el menemato en Argentina, Ghana se erigía como una de las futuras potencias mundiales, a fuerza de títulos juveniles.

La época dorada de los juveniles ghaneses se inició en 1991, cuando, con un quinceañero Samuel Kuffour, los africanos ganaron el Mundial Sub 17 disputado en Italia, tras dejar en el camino a Brasil y vencer a España en la final.

En 1992, las apodadas Estrellas Negras presentaban en equipo con promedio de edad más joven de los Juegos Olímpicos de Barcelona -18,8 años- y se subían al podio, llevándose la medalla de bronce.  De este modo, se constituían como la primera nación africana en obtener una medalla olímpica. Los dejó afuera en semifinales España, el equipo campeón liderado por Cañizares, Luis Enrique y Pep Guardiola.

Ghana ya pasaba a ser cosa seria, y siguió cosechando logros. Subcampeón Sub 20 en Australia ’93 y Sub 17 en Japón. Para esa época, los clubes europeos empezaban a virar su atención hacia el país del oeste de África –Bayern Leverkusen contrató al juvenil Daniel Addo cuando éste tenía sólo 15 años de edad en 1992-.

Dos años después, el elenco del continente negro levantó la copa Sub 17 en Ecuador. Allí aparecieron el joven de 15 años Stephen Appiah –de larga estadía en el Calcio, pasó por Turquía y actualmente juega en Serbia- y Christian Gyan, quien supo brillar más adelante en el Feyenoord holandés.

Esa camada campeona en Ecuador fue cuarta en el Sub 20 Malasia ’97, al tiempo que el Sub 17 salía segundo en Egipto, tras caer en la final con el Brasil de Ronaldinho. Y los juveniles menores cerraron la década con el tercer puesto en Nueva Zelanda 1999. Ahí apareció otra futura estrella: Michael Essien.

El cierre de estos diez años de éxitos fue en el Mundial Sub 20 llevado a cabo en Argentina, donde las Estrellas Negras fueron subcampeonas. Y siguieron apareciendo promesas que terminaron teniendo destacadas actuaciones en el fútbol europeo, como John Paintsil, John Mensah y Derek Boateng.

Unos años después de esta década exitosa, el país africano recogió los frutos de su generación dorada de juveniles, los reunió en un mismo equipo, sumó a Asamoah Gyan y logró jugar un Mundial por primera vez en su historia.

Era un equipo audaz, en el cual brillaron Essien y Appiah. Pasaron la fase de grupos tras caer con Italia, luego campeón, y vencer a Estados Unidos y República Checa, pero en octavos se terminó el sueño, cuando Brasil, con Kaka, Ronaldo, Ronaldinho, Roberto Carlos y compañía, lo vapuleó 3 a 0.

Sudáfrica 2010 volvió a tenerlos desde la partida, y las Estrellas Negras lograron avanzar hasta los cuartos de final, cuando quedaron afuera con Uruguay por penales, aún con los resabios de la época dorada de sus combinados juveniles.