Decir que los plásticos se han convertido en un problema medioambiental de primera magnitud, es como decir que el sol sale por las mañanas. Estamos rodeados de ellos, de hecho tratar de vivir sin ellos es casi imposible, desde las suelas de los zapatos, las bolsas de los supermercados, en las tabletas y smartphones y también los encontramos en los recipientes, empaquetados, embalajes de los alimentos que consumismos, están por todas partes!!
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Imágenes como la isla flotante del Pacifico, formada por toneladas de basura plástica, nos debería dar la suficiente vergüenza como para tomarnos en serio el tema de prohibir todos aquellos materiales que luego tienen una dilatada degradación en el medio natural y que son susceptibles de poner en peligro la ecología de los ecosistemas donde terminan. Debemos de pensar, que por muy bien que se realice su reciclado o su reutilización, la realidad es que el reciclaje de los plásticos es un fracaso. La gran mayoría de los desechos plásticos recogidos “para reciclar” en realidad son exportados a países pobres, incinerados, convertidos en objetos no reciclables, o arrojados directamente al vertedero, gran parte de ellos acaban contaminado nuestros paisajes y perjudicando a la fauna y flora, y en definitiva convirtiéndose, en una amenaza para el equilibrio natural.
A los más frívolos, tal vez les parezca un problema menor renunciar a los plásticos en pro de la conservación de la Naturaleza, pero seguramente cambiaran de parecer si descubren que es su propia salud la que está en riesgo por los plásticos. Y no lo decimos porque a la larga la destrucción del medio ambiente nos pone en riesgo a todos, lo decimos porque también nos los comemos, y muchos son tóxicos capaces de generar enfermedades mortales, como el cáncer, en nuestro organismo.
Este el caso de varias sustancias con nombres impronunciables, como son el Bisfenol A y el Estirofoam, a los que estamos expuestos por ingesta de pequeñas cantidades de estos plásticos al realizar nuestras compras de alimentos.
Así el Bisfenol A, también conocido como BPA, es un plástico utilizado para la elaboración de latas de alimentos o bebidas, recibos de compras o extractos bancarios, CDs e, incluso, biberones. La facilidad con que nos contaminamos de esta peligrosa sustancia es pasmosa, hay estudios que hablan que en los países desarrollados, el 90% de la población presenta trazas en la sangre de esta sustancia. Estudios médicos lo relacionan con la incidencia del cáncer de pecho. Los niños recién nacidos no están a salvo de este plástico, ya que lo reciben de su madre a través de la sangre y muchos biberones están hechos de este tóxico.
El problema es serio, porque más allá de los problemas a corto plazo, hay que tener en cuenta que este material se encuentra en todas partes, lo llevamos utilizando de forma más o menos masiva alrededor de 50 años, y sus efectos a prolongadas ingestas en el tiempo, aunque sean pequeñas, no se conocen del todo. En Francia y España está prohibido su uso en todos los materiales que estén en contacto con alimentos infantiles.
A parte del cáncer, estudios en animales demuestran que genera otro tipo de problemas para nuestra salud, tales como:
- Sistema reproductor masculino: alteración en la producción de esperma.
- Sistema reproductor femenino: alteración en la calidad de los óvulos.
- Sistema inmune: mayor propensión a las alergias.
- Intestino: Inflamación y permeabilidad.
En cuanto al estirofoam o poliestireno extruido, extrudido o extrusionado, son todas las bandejas similares al corcho blanco donde podemos encontrar multitud de alimentos empaquetados en los supermercados. También se fabrican vasos con este material. Aunque no existen datos concluyentes, sí que hay estudios que lo relacionan con afectos nocivos para la salud reproductiva.
¿Y qué podemos hacer para evitar contaminarnos de plásticos y no perjudicar a la Ecología de los ecosistemas?
- Utilizar recipientes de vidrio reciclable.
- Si no te queda más remedio que utilizarlos, nunca calientes los alimentos en el microondas con los alimentos dentro de estos recipientes tóxicos, ya que con el aumento de la temperatura es más fácil que desprendan partículas tóxicas, en especial con los líquidos.
- Lo mejor reducir su uso al mínimo y emplear recipientes fabricados con materiales reciclables y reutilizables, tales como telas, madera y acero inoxidable. No compres productos con empaquetados plásticos, elige los de cartón, vidrio o cualquier material de fácil reciclado o reutilización. Esto lo debes extender al uso de las bolsas de plástico.
Así que ya sabéis, pensad en vuestra próxima compra como un acto responsable para vuestra salud y el medio ambiente, y aparta los plásticos de tu vida, ¿A qué ahora tienes más claro los beneficios que te aporta vivir sin plásticos?
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