Camas Separadas de Daniela Spalla: Diez canciones que depuran el alma

Publicado el 23 septiembre 2018 por Portman918 @ecosdelvinilo
“Con los mismos acordes de siempre logra convertir canciones en pequeños vendavales”

[Teresa Cerón López] @ecosdelviniloEl desamor es atractivo a la hora de escribir canciones. Nuestro cuerpo languidece, la sonrisa se esfuma, nuestra respiración falla y nuestras piernas flaquean. En ese preciso instante en el que nuestras ganas de vivir parecen haberse tomado un tiempito de vacaciones, afloran nuestros sentimientos más puros e imperturbables, los cuales, convertidos en canción, elevan el abandono a la categoría de sublime.De todo ello sabe mucho la argentina Daniela Spalla (Córdoba,1984 ) y nos lo confirma en su más reciente producción discográfica Camas Separadas, editada por Universal Music México, hace apenas un par de días. Singles como  Estábamos Tan Bien, Vete De Una Vez, o Pinamar (acompañado por un vídeo colorista rodado en Acapulco) confirmaron a lo largo de todo un año lo que muchos ya sabíamos: Había nacido una nueva estrella femenina de pop, (llamémosle romántico) con un estilo muy similar al de las grandes divas de la canción latina, allá por lo años setenta. Un estilo capaz de sacar nuestros sentimientos a flote sin desilusionarnos.Camas Separadas es un gran disco, en el que todo encaja. Es el producto de muchos años de trabajo y de la cara más bondadosa de la inspiración. Pero no nos engañemos, ante todo es el resultado de una batalla sentimental conflictiva plasmada en diez canciones que alzan este trabajo a la categoría de obra de arte, capaz de retratar con elegancia la circunstancia vital del artista, como ocurriera con Tu Labio Superior de Christina Rosenvinge, Honestidad Brutal de Andrés Calamaro o Casa de Iván Ferreiro.Bajo la producción de Adán Jodorowsky (que aconsejó a la Spalla que cantara bajito) canciones como Volverás, Los De Siempre o Canción Decente suponen, cuanto menos, un auténtico golpe de efecto, logrando captar nuestra atención sin demasiado esfuerzo. En el tercer disco de esta argentina afincada en México todo parece equilibrarse: Las palabras que usa la intérprete en el tema Costa Rica  para expresar su proceso de depuración personal, las melodías que se sienten tan vulnerables como nuestros sentimientos o los arreglos rotundos de las canciones, dotan a Camas Separadas de un sonido tan homogéneo como mágico. Al escuchar  Un Viaje Hasta La Luna (con la participación de Carlos Sadness), Insomnio y Transatlántico, uno tiene la sensación de estar ante una mujer que domina a la perfección el oficio. Y lo hace muy bien. Tan bien, que el carácter monotemático de este trabajo es eclipsado por los sentimientos de despedida y desapego. Los verdaderos protagonistas de Camas Separadas son el corazón palpitante y el alimento del disco. Todo lo demás, parece sobrar.Nos encanta Daniela porque con los mismos acordes de siempre logra convertir canciones en pequeños vendavales. Ademas, es lo suficientemente explícita como para que hasta el más bobo la entienda. A veces, se vuelve una niña juguetona y disfruta con la ambigüedad, obligándonos a imaginar: “Casémonos en Costa Rica/Por un rato/De mentira/Y finjamos que es perfecta nuestra vida…”.Spalla lo borda cante como cante y juegue a lo que juegue. Nos obliga a mirarnos la herida y saltar hasta el siguiente escalón sacudiéndonos los escombros del pasado para abrazar un nuevo estado civil porque, señoras y señores, de amor no muere nadie.
Camas Separadas ha llegado para quedarse y saltar fronteras. Si no lo hace, no pasa nada. Siempre será el disco de cabecera de los que pasan solos San Valentín y conocen la desolación y sus consecuencias.
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