Resulta que el futuro gobierno de Mariano Rajoy ya ha anunciado la necesidad de hacer una nueva reforma laboral, esta vez, con mayor agudeza para el trabajador y más cercana a las peticiones de Arturo Fernández y la CEOE.
Y curiosidades de la vida, el gobierno en funciones, hace público un estudio de expertos que aconseja el traslado del cuerpo de franco a otro lugar, para transformar el Valle de los caídos en lugar de culto para los caídos en ambos bandos y se cree un centro de interpretación que explique la historia de la Guerra Civil.
Resulta cuanto menos sospechoso que una noticia tan polémica como la exhumación del cadáver de Franco, salga a la luz en el mismo espacio temporal en el que el futuro gobierno habla de reforma laboral e insta a sindicatos y patronal a llegar a un acuerdo antes del 6 de enero, lo que sería un pésimo regalo de reyes para los trabajadores.
El gobierno en funciones, el que promovió la ley de memoria histórica comete dos errores reprochables. La ley de memoria histórica debería de ser tratada como corresponde y no como un tema menor y ese es su primer error. Al sacar a la luz pública este estudio en este momento, a mi modo de ver el gobierno socialista menosprecia a las víctimas olvidadas y el dolor de sus familiares, porque entre otras cosas, deja la aprobación de las recomendaciones de los expertos a un gobierno que ya ha declarado en infinidad de ocasiones su rechazo a dicha ley.
Además, el movimiento en el contexto de incertidumbre y cambios en el horizonte en el que vivimos, es su segundo error...o no tanto!? Me hace pensar que este es un movimiento de despiste para que la gente, llevada por la ira del odio aún latente por la falsa transición que nos hicieron tragar, se enrede en una lucha dialéctica alentada por personajes como González Pons, que salió al paso del anuncio de este informe asegurando que “a los españoles lo que realmente les preocupa es el paro y no donde descansa Franco” y así los políticos puedan actuar sin freno alguno.
Que no nos despisten, que no desvíen nuestra atención sobre sus deseos de reventar los avances sociales que esos mismos muertos consiguieron peleando contra los patrones de la época. Si realmente queremos rendir un buen tributo a los muertos, no debemos dejar que los gobiernos de hoy asesinen la democracia delante de nuestros ojos sin que hagamos nada para evitarlo.
Los políticos montarán circos dialécticos en el congreso y en las ruedas de prensa; cualquier cosa con tal de que no veamos sus verdaderas intenciones, previamente pactadas en reuniones paralelas.
Luchemos por el verdadero estado del bienestar y los derechos sociales!