“Cambiar o cambiar, that is the question”

Por Briconatur @Briconatur

El pensamiento tradicional está fracasando, tanto a nivel personal como a nivel empresarial, lo que está provocando una nueva gestión específica más compleja, que en algunos casos no se aborda bien por miedo o por desconocimiento. La realidad actual es cambiante y por tanto la solución a los problemas también lo es.

Desde el principio de la existencia del ser humano, el cambio y su gestión, fue lo que modificó y ayudó a que las condiciones de vida cada vez fueran más prósperas. La mejora continua del hombre permitió descubrimientos tales como el fuego, la rueda…El hombre siempre ha luchado por mejorar su entorno provocando y afrontando cambios, aunque durante todo ese proceso se generaran incertidumbres y miedos.

El cambio empieza desde uno mismo, es el inicio del proceso, si algo no te gusta, cámbialo, no esperes a que otros lo hagan por ti. “No te preguntes que puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país” , John F. Kennedy.

Por supuesto que la adaptación en el caso de las empresas al nuevo entorno cambiante también se produce desde la gestión del cambio, en este punto, las organizaciones están obligadas a adaptarse o morir, es así de duro, pero también es así de real. Las empresas en teoría tienen claro que han de adaptarse ¿pero por qué no lo hacen?, son múltiples factores los que intervienen pero la gran mayoría tienen que ver con la incertidumbre, no son capaces de liderar adecuadamente el cambio, tienen miedo a lo desconocido, rasgo implícito de la naturaleza humana.

Nuevas corrientes empresariales basadas en el método Lean Startup, introducen conceptos tales como “pivotar”, que consiste en tener la estrategia y por supuesto la habilidad de modificar y corregir cuando algo no funciona, es la adaptación al entorno de un modo práctico.

La corriente actual de que el cliente es el centro de todo, parece evidente que está instalada en el ADN de gran parte de las empresas, pero la auténtica realidad es que la gran mayoría de ellas no tienen un plan concreto y, por supuesto medible de la estrategia a seguir acerca de los clientes, tanto de los potenciales como de aquellos existentes a los que quieren fidelizar.

 Para afrontar el cambio con éxito, hay que plantearse todo, tienes que poner “patas arriba” tu modelo, cuestionarte todo, y aquí es donde surgen los problemas, hay resistencia al cambio, se prefiere hacer las cosas como se han venido haciendo siempre. En esa apertura total que ha de producirse en el cambio, has de abandonar tu llamada “zona de confort”, has de ser consciente que están pasando cosas muy importantes y a una velocidad muy alta a tu alrededor y tú tienes que reaccionar y relacionarte con ellas, tu futuro depende de ello, ni más ni menos.

Un cambio siempre produce incertidumbre y ésta va ligada a miedos, inseguridades…, factores todos ellos que dificultan el proceso de cambio.

En primer lugar hay que tener claro que un “no cambio” a la larga será más perjudicial, en el caso empresarial, si no afrontas el reto, la cruda realidad será que tu mercado irá por un lado y la empresa por otro, poniendo en riesgo la viabilidad de la empresa a corto plazo.

Tu entorno más cercano tiene que estar convencido y acompañar ese cambio, es un proceso lo suficientemente importante para no hacerlo solo, en este punto la confianza es un valor que puede y debe ser el aceite que engrase el motor del cambio.

En definitiva, tómate el cambio como una oportunidad, teniendo claro que estará plagado de dificultades, pero que aprenderás mucho en el proceso, hazlo acompañado y disfruta celebrando los resultados cuando sean satisfactorios, no hay nada mejor que manejar tu cambio, EL CAMBIO.

“En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado, la imaginación circunda el mundo”, Albert Einstein.