Los efectos del cambio climático producido por nuestro modelo de desarrollo están siendo desastrosos para el medio ambiente y para nosotros: las ciudades se tornan irrespirables y la temperatura aumenta. Según la Organización Meteorológica Mundial este año se ha batido un nuevo máximo en la concentración atmosférica de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero. ¿Somos compatibles con nuestro planeta?
Marrakech, una cumbre para la acción La comunidad internacional empieza a asumir la necesidad de una economía baja en carbono e impulsada por energías limpias. Así, el año pasado el Acuerdo de París propuso limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados centígrados y lo más cerca posible de 1,5 grados, para evitar puntos de inflexión climática ante los que ya no tendremos ningún control. Para ello, las emisiones de gases de efecto invernadero se deben reducir en un 25%. Lo acordado entró en vigor el 4 de noviembre., poco antes de la 22ª Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU que se celebra en Marrakech con el objetivo de que los gobiernos pongan en marcha las directrices marcadas en París. Así se pretende una transición urgente hacia las energías renovables, dejar atrás los subsidios a los combustibles fósiles y empezar a construir economías basadas en emisiones cero.
Hacia una economía baja en carbono La ONU estima que, para lograr un desarrollo sostenible, se necesitan entre 5 y 7.000 millones de dólares anuales, y que buena parte de ese dinero debe servir para financiar la transición a una economía mundial baja en carbono. Una economía sostenible y circular que también va a generar numerosos puestos de trabajo alrededor del reciclado y la reutilización de productos. Así lo estableció en diciembre de 2015 la comisión europea al adoptar medidas estratégicas sobre los residuos plásticos, la reutilización del agua, o el despilfarro de alimentos
Renovables en España Nuestro país ha invertido menos de un 1% de lo comprometido para el periodo 2015-2018 al fondo Verde del Clima: un millón de euros de los 120 que iba a destinar. En cambio, las emisiones de gases de efecto invernadero subieron un 3,5% en 2015. Esto resulta incomprensible cuando hace diez años liderábamos la transición hacia las renovables. Las energías solar y eólica crecen en el mundo un 20% anual, en España sólo un 0,2%. Nuestro gobierno ha apostado por el gas, el incremento de impuestos a los productores de energías renovables. El recorte de los ingresos que estos percibían por kilovatio generado ha provocado una crisis del sector y la huida de los inversores. Y a pesar de eso, según Red Eléctrica de España las energías limpias aportaron en 2015 el 37,1% de la producción eléctrica total. Tenemos la materia prima y tenemos la tecnología. Tal vez la reunión de Marrakech sirva para recuperar el apoyo a las renovables en nuestro país.