El disco en sí me obsesionó durante un largo tiempo (y literalmente lo gasté en los auriculares, andando por Buenos Aires) pero mejor que eso, funcionó como disparador, como árbol de citas y ramificaciones. Esa música empezó a dialogar con muchas otras, hacia atrás y hacia adelante en la historia del rock. Cambió, definitivamente, mi modo de escuchar.
A la distancia "U.F. Orb" no es mi disco favorito de ellos (me vuelco más por "Pomme fritz" u "Orblivion") pero éste fue seminal. Recuerdo dejarlo correr a alto volumen, con la casa vacía, a ver qué pasaba.
Mucho se ha escrito sobre este disco de los Primal, pero en 1991 era realmente asombroso. Y todavía suena.