Uno de los casos más destacados es el de Ricardo Monreal Ávila, quien ha sido parte de cinco partidos políticos en México y actualmente espera ser nominado como candidato presidencial por Morena. Su carrera política, que incluye un mandato como gobernador de Zacatecas por el PRI y puestos como diputado federal y senador, ha abarcado el PRD, PT, Movimiento Ciudadano, y ahora Morena. Sin embargo, existe la posibilidad de que pueda cambiar a cualquier otro partido que le ofrezca una candidatura, incluso el PAN, si no consigue la nominación presidencial o de la Ciudad de México.
En San Luis Potosí, existen numerosos ejemplos de políticos que han saltado de un partido a otro, como Eugenio Govea, quien después de estar en el PAN, pasó muchos años como líder de Movimiento Ciudadano, y ahora está abiertamente apoyando a Marcelo Ebrard de Morena.
Estos cambios de lealtad política no están exentos de controversia. José Luis Romero Calzada, quien ha sido acusado de una serie de delitos, ya ha estado en el PRI, en las ahora desaparecidas Redes Sociales Progresistas, y se rumorea que está negociando una candidatura para la alcaldía de Ciudad Valles con Movimiento Ciudadano.
Esta lista de «mercenarios» políticos parece estar creciendo y amenaza con causar un gran trastorno en las próximas elecciones. Este fenómeno podría reflejar una descomposición más amplia en la política mexicana, en la que las convicciones ideológicas son reemplazadas por las ambiciones personales.