Cuando se desintegró Yugoslavia, Montenegro permaneció junto a Serbia. Monetegro comenzó a sentir una cierta marginación en el nuevo Estado debido a su "menor peso" respecto a Serbia que se tradujo en un distanciamiento político y económico. Tratando de remediar esta situación, en 2002, bajo los auspicos de la UE se estableció la Federación de Serbia y Montenegro que reconocía distintos tribunales supremos, distintos sistemas monetarios, adunas... Esto no dejó contentos a algunos grupos que comenzaron a pedir la independencia. El 21 mayo de 2006, el pueblo montenegrino, en un referéndum (con el sí del 55, % de los montenegrinos), aprobó la independencia que fue proclamada por el Parlamento Montenegrino al mes siguiente (3 de junio de 2006).
El nuevo Estado fue reconocido por la comunidad internacional (incluída Serbia a pesar de que perdía su salida al Adriático) y en un tiempo record (28 de junio) ingresó en la ONU.